Theresa May, primera ministra británica. (Foto: AP)
Theresa May, primera ministra británica. (Foto: AP)

Hay miembros del Partido Conservador que se oponen tanto al brexit que están dispuestos a aliarse con la oposición para rechazar el acuerdo de a los efectos de asegurar un segundo referéndum.

El hecho de que un grupo de conservadores hable abiertamente de una nueva votación pública es significativo, pero los obstáculos a esa votación son formidables.

En primer lugar, no hay tiempo antes de que el abandone la Unión Europea. Incluso si la totalidad de la Cámara de los Comunes acordara la rápida aprobación de la legislación necesaria a partir de la semana próxima –algo que no va a pasar-, el cronograma de mínima de un referéndum llevaría al Reino Unido más allá del 29 de marzo, cuando está previsto que salga de la UE.

Eso significa que para tener alguna oportunidad de un referéndum que afecte el resultado del brexit, el Reino Unido tendría que extender el proceso del Artículo 50 que rige su salida, algo que exigiría tanto la aprobación de la UE como de nueva legislación en el parlamento.

Eso, al igual que el proyecto de un referéndum, enfrentaría los ataques de los partidarios del brexit, muchos de los cuales son expertos en lo que respecta a procedimiento legislativo.

La idea, no obstante, es algo de lo que se habla. El sábado habrá una marcha en Londres en apoyo a una nueva votación, y legisladores buscan la forma de imponer el tema en la agenda parlamentaria.

Creciente apoyo

“La idea de hacer que el apoyo al acuerdo de la primera ministra dependa del voto de la población es una de una serie de ideas que se analizan en este momento”, dijo en una entrevista el legislador laborista Ben Bradshaw.

“El apoyo a una votación pública crece, en especial entre los conservadores, incluso entre aquellos cuyos votantes respaldan la salida de la UE”.

En el seno del gobierno hay muchos que rechazan la campaña. La primera ministra se ha opuesto una y otra vez a otro referéndum, y no podría cambiar de posición sin generar indignación entre los partidarios del brexit de su propio partido.

Por otra parte, como el líder laborista Jeremy Corbyn prefiere la idea de otra elección general, en el parlamento no hay mayoría para un referéndum. Eso, sin embargo, no significa que la idea no sea un problema para May.

Dos conocidos legisladores conservadores le confirmaron a Bloomberg que estarían dispuestos a votar contra el acuerdo que negocia May en Bruselas en este momento, con el objeto de imponer un segundo referéndum en la agenda.

El gobierno de May insiste en que rechazar el plan de la primera ministra significaría que en marzo el Reino Unido saldría de la UE sin un acuerdo. Pero los dos legisladores rechazaron esa idea.

Bradshaw dijo que el apoyo crece entre los legisladores conservadores porque es improbable que el acuerdo de May sea muy bueno, lo que significa que podrán justificar su respaldo a un nuevo referéndum hasta en zonas que se mostraron muy partidarias del brexit en el primer referéndum del 2016.