(Foto: AFP)
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Botes de pintura en lugar de barriles de cerveza se amontonan en el Great Northern, un pub de St Albans, al norte de Londres, un año después de que el entrara en su primer confinamiento contra el .

“Nunca me imaginé que un año después seguiríamos cerrados”, afirma suspirando la cogerente Emma Parkhouse, mientras pinta las paredes del establecimiento victoriano, unas semanas antes de que vuelva a abrir.

“Fue duro, tuvimos que afrontar toda una serie de obstáculos, pero hemos intentado mantener una actitud positiva”, dijo en su , que colinda con un cine que también está cerrado desde el último confinamiento impuesto a mediados de diciembre por un aumento galopante de los casos de COVID-19.

Fue otro balde de agua fría después de meses de cierre -en primavera y después en noviembre- y las restricciones impuestas a su actividad que ya se tragaron todas las ganancias del 2019.

Emma Parkhouse explica que el Great Northern -uno de los muchos pubs de St Albans, conocida por su catedral y los vestigios romanos- ha logrado sobrevivir gracias a las ayudas del gobierno británico para las empresas y también a su capacidad de adaptación cambiando la oferta, que ahora incluye comida y bebida para llevar.

Además de redecorar el interior del pub, también remodela el jardín para tener en cuenta las medidas de distanciamiento.

A partir del 12 de abril, los pubs podrán servir alcohol, pero solo a los clientes sentados en el exterior. Tendrá que esperar un mes más para poder hacerlo en el interior.

“Rezamos”

“Ya estamos completos para esa primera semana. Rezamos para que no llueva”, bromea Emma Parkhouse poco después de que un aguacero empapara las losas del jardín.

La Asociación Británica de Cervezas y Pubs (BBPA) afirma que unos 2,000 pubs de los 50,000 del Reino Unido han cerrado el año pasado, un golpe para un sector que ya sufría por los cambios en el estilo de vida británico, la competencia de los supermercados y los elevados impuestos.

Las ventas de cerveza en los pubs se desplomaron a más de la mitad el año pasado, a 7,800 millones de libras (9,100 millones de euros, US$ 10,900 millones), según la asociación.

“Lamentablemente, todavía no hemos visto el alcance total del daño y no lo veremos por un tiempo hasta que las cosas vuelvan a la normalidad”, afirmó Emma McClarkin, directora de la BBPA.

Sin embargo, la CAMRA, una asociación que promueve los pubs como parte de la cultura británica, es optimista y pide al gobierno británico más apoyo para el sector.

El cierre durante meses también afecta a los clientes, sobre todo a las personas relativamente aisladas que socializan en el pub del barrio, explica Parkhouse.

“El aislamiento es horrible, también vienes al pub para conectar con la gente”, lamentó.