FOTO 7 | Singapur: El presidente de China, Xi Jinping, escogió a Singapur para su histórica reunión con el presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou. La ciudad-estado mantiene relaciones diplomáticas con Corea del Norte y EE.UU. (Foto: Reuters)
FOTO 7 | Singapur: El presidente de China, Xi Jinping, escogió a Singapur para su histórica reunión con el presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou. La ciudad-estado mantiene relaciones diplomáticas con Corea del Norte y EE.UU. (Foto: Reuters)

, ayudada por la influencia estadounidense, parece resistir el pulso diplomático que mantiene con en Latinoamérica, región donde la isla tiene a buena parte de los aliados que le quedan pese a haber perdido varios en los últimos años en favor de Pekín.

"La limitación de beneficios previsibles, la escasez de ayuda china a los últimos países que se pasaron a su bando y el interés estadounidense en que Taiwán mantenga a sus aliados hace muy difícil nuevas rupturas diplomáticas con la isla", dijo el director del Instituto de Latinoamérica de la Universidad Tamkang, Emilio Kung.

Entretanto, Taiwán ha dado un giro en su política económica con sus socios y en el 2018 presupuestó US$ 150 millones para la cooperación con Paraguay, que irán a parar a vivienda social, educación, fortalecimiento institucional e infraestructuras.

Además, la isla anunció en febrero que este año entregará a Nicaragua un total de US$ 100 millones en préstamos, lo que supone una ayuda crucial para el Gobierno de ese país, inmerso en una gran crisis política, económica y social.

La isla cuenta también con una (CATO, siglas en inglés), que tiene por objetivo "facilitar la cooperación y la promoción de alianzas estratégicas" y que también actúa como "plataforma en servicio al intercambio económico-comercial", según dicho organismo.

"Los tres ejes de la son el comercio, las inversiones y el turismo y la cultura", explicó el director de la oficina, Jaime Chuang, encargado de impulsar numerosas misiones para comprar café, carne bovina, mariscos y otros productos.

La CATO busca impulsar el turismo en Centroamérica y que los países de esa región participen en las ferias internacionales del café -producto centroamericano estrella en la isla- que organiza Taipéi.

Asimismo, Kung considera que el renovado apoyo estadounidense está jugando un papel clave a favor del mantenimiento de las alianzas taiwanesas: "Hubo socios taiwaneses muy interesados en China, pero ahora, con el apoyo estadounidense, todo ha cambiado".

El 24 de agosto del 2018, momento en que El Salvador rompió lazos con Taiwán para establecerlos con China, la Casa Blanca declaró su "grave preocupación" por este hecho y posteriormente condenó con dureza la "interferencia china" en Latinoamérica.

El Salvador fue el último país en unirse a una tendencia iniciada por otros países que decidieron "nadar" hasta el otro lado del Estrecho para entablar amistad con China de manera oficial, como la República Dominicana, que lo hizo en mayo del 2018, Panamá, en junio del 2017, o Santo Tomé y Príncipe, en diciembre del 2016.

De hecho, el Departamento de Estado estadounidense llamó el pasado octubre a consultas a sus representantes diplomáticos en El Salvador, Panamá y República Dominicana, lo que causó gran preocupación en esos tres países, donde algunos sectores, especialmente en la oposición, temen que el giro hacia China perjudique sus lazos con Estados Unidos.

Desde entonces, las advertencias están pesando cada vez más entre las cancillerías y los presidentes de los aliados taiwaneses tentados de cambiar de bando, consideran los expertos.

Por su parte, Pekín sigue tratando de ofrecer "el señuelo de las donaciones", como suele denominarlo la prensa isleña, que también advierte frecuentemente de que los préstamos o inversiones con los que China pretende arrebatar a la isla nuevos aliados van siempre acompañados de "efectos secundarios.

Según expertos taiwaneses, China debe tener en cuenta que si logra establecer nuevos lazos diplomáticos tendrá que hacer frente a las presiones de Estados Unidos pero también a las quejas de los países que en su día se pasaron a su lado y que no recibieron tantas dádivas.

"La estrategia china no tiene sólo en cuenta su poderío, sino también los llamados efectos secundarios, especialmente por la reacción de Estados Unidos, pero también de la sociedad internacional y de la propia sociedad taiwanesa", comentó Alex Huang, ex viceministro del Consejo de China Continental en Taiwán.

Desde el punto de vista chino, su pulso por los aliados taiwaneses tiene como principal objetivo presionar a la isla y minar su moral, pero sólo le quedan 17 cartas, por lo que no es previsible que agote todas estas bazas y corra el riesgo de desencadenar una reacción independentista, según opinan varios expertos.

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