Putin se ha mantenido en la política rusa, ya sea como presidente o como primer ministro, por 20 años. (Foto: AFP)
Putin se ha mantenido en la política rusa, ya sea como presidente o como primer ministro, por 20 años. (Foto: AFP)

Las prisas del presidente ruso,, por introducir una serie de enmiendas a la Constitución que no aclaran del todo la futura arquitectura del sistema de poder del país han sorprendido a la clase política y a “kremlinólogos”, que buscan desentrañar las causas de esta celeridad.

"¿Por qué tanta prisa, Vladímir Vladímirovich? O es más correcto preguntar: ¿qué ha pasado?", escribió en su blog el director de la radio Eco de Moscú, Veniamín Vennedíktov.

El hermetismo en que se fraguaron las enmiendas constitucionales de Putin y los verdaderos propósitos de estas volvieron a hacer válidas las célebres palabras de Winston Churchill sobre : “Es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma”.

Trámite rápido

"Todas las iniciativas que presenta el jefe del Estado se reciben con gran atención y se debaten e implementan de manera prioritaria. Es la realidad en la que vivimos y es una realidad absolutamente clara y comprensible", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al ser preguntado por la premura de los cambios constitucionales.

Este jueves, apenas ocho días después de que el jefe del anunciara en su mensaje sobre el estado de la nación su proyecto de enmiendas a la Constitución, los diputados de la Duma de Estado o Cámara Baja lo aprobaron por unanimidad en primera lectura tras apenas dos horas de “debate”.

Tras recibir el documento los legisladores necesitaron solo 72 horas para estudiar las más de 40 modificaciones a 22 artículos de la Constitución, también redactada y aprobada a toda prisa en diciembre de 1993, dos meses después de que el entonces presidente ruso, Boris Yeltsin, resolviera sus discrepancias con el Parlamento a cañonazos.

Mayor fortalecimiento del presidencialismo

Las propuestas de Putin refuerzan las ya amplias facultades del presidente de Rusia y convierten al primer ministro en una figura aún más técnica, cuya destitución ni siquiera conlleva la caída del Gabinete de Ministros.

Las modificaciones constitucionales supeditan de hecho, aunque no de iure, al presidente las máximas figuras del poder Judicial, incluidas las del Tribunal Constitucional, ya que es él quien presenta sus candidaturas al Consejo de la Federación (Senado) para su aprobación.

Dado que el oficialismo controla casi totalmente ambas cámara del Parlamento, las iniciativas promovidas por el Kremlin no encuentran obstáculos en el Legislativo.

La única innovación que impone limitaciones al presidente es la que establece que no podrá ejercer el cargo más de dos períodos.

El Consejo de Estado, la incógnita de la ecuación

Una de las enmiendas que suscita más preguntas es la que establece en la Constitución el Consejo de Estado, cuyos miembros serán designados por el presidente y cuyas facultades serán precisadas más tarde por una ley federal.

El actual Consejo de Estado, encabezado por Putin, está integrado por los presidentes de ambas cámaras del Parlamento, los representantes plenipotenciarios del presidente en los distritos federales y dirigentes regionales y es de carácter exclusivamente consultivo.

Este nuevo órgano constitucional está llamado, según el proyecto, a "garantizar el funcionamiento coordinado y la interacción de los órganos de poder estatal y el diseño de las principales directrices de la política interior y exterior de la Federación Rusa".

Estas funciones se solapan con las prerrogativas del presidente, por lo que algunos expertos ven en el Consejo de Estado el lugar perfecto desde donde Putin podría mantener las riendas del poder cuando concluya su mandato en el Kremlin en el 2024.

¿Dualidad de poder?

"Suena claramente a un órgano superior estatal cuyo presidium podría convertirse en un politburó 2.0", comentó en Moscú un diplomático occidental, que agregó: "Veremos dos centros constitucionales de poder".

Putin se ha pronunciado contra la creación de una instancia que esté por encima del presidente para el periodo de transición cuando él abandone la jefatura del Estado, como ha ocurrido en Kazajistán, donde el primer presidente del país centroasiático, Nursultán Nazarbáyev, tutela a su sucesor.

"Si surge un instituto suprapresidencial no será otra cosa que una dualidad de poderes, algo absolutamente inaceptable para un país como Rusia", dijo el jefe del Kremlin este miércoles en una reunión con un grupo de ciudadanos.

No obstante, los antecedentes muestran Putin podría cambiar de postura: durante años defendió que la Constitución era intocable y no se cansó de asegurar que no se retrasaría la edad de jubilación, algo que finalmente se produjo.

Elecciones parlamentarias a la vista

Con todo, la gran pregunta sigue siendo por qué se eligió este momento para modificar la Constitución.

"A Putin no le gustan las reformas y generalmente intenta aplazarlas al máximo. Por lo visto, en el caso de la reforma constitucional no podía esperar más", dijo el politólogo Abbas Gallyamov.

En su opinión, por cuanto a Putin le quedan cuatro años de mandato, se puede suponer que las modificaciones a la Carta Magna están vinculadas con las elecciones parlamentarias que se celebrarán a fines del próximo año.

"Posiblemente el propio Putin va a encabezar la lista de (el partido oficialista) Rusia Unida, para luego presidir la Duma", aventuró el politólogo, quien destacó que la Cámara Baja es el único órgano federal que se elige por sufragio directo.

Esta circunstancia, según Gallyamov, hace a la Duma "suficientemente atractiva".

Los recelos de la oposición

En la oposición extraparlamentaria las reformas constitucionales han sido recibidas como un paso de Putin para preservar el poder más allá del 2024, cuando tendrá 71 años, aunque para algunos no queda claro el mecanismo que empleará para ello.

"Es muy raro, pero las modificaciones propuestas fortalecen las facultades prácticamente ilimitadas del presidente y según la Constitución Putin debe dejar el cargo dentro de cuatro años. ¿Para quién se está esforzando de esa manera?", escribió en su blog el exdiputado opositor Guennadi Gudkov.

El economista y fundador del partido liberal Yábloko, Grigori Yavlinski, comentó a su vez que los cambios constitucionales se tramitan "como cuando las cosas que se hacen rapidito, rapidito para que nadie se percate".

Es su opinión, la enmiendas “simplemente modifican el nivel de autoritarismo, disminuyen el número de libertades y aumentan el aislamiento” del país por establecer en la modificada Carta Magna la predominancia de la Constitución sobre el derecho internacional.

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