Flores (Foto: Pixabay)
Flores (Foto: Pixabay)

El encanto de lasviaja por el mundo, a pesar de la del , para sorprender a los enamorados que el 14 de febrero celebrarán un atípico día de , fecha para la que el país exportará más de 700 millones de tallos.

Aunque las flores no hacen parte de los bienes de primera necesidad, la pandemia mostró que la fascinación hacia ellas se debe en gran parte a que “traen felicidad y aires de esperanza” en tiempos de incertidumbre, destaca la gerente comercial de la finca Ayurá, Claudia Fuentes.

En días precios de la gran cita de las flores, 200 personas trabajan a toda marcha en esa plantación para garantizar el envío al exterior de 3.5 millones de claveles.

Miles de personas recibirán o regalarán los ramos que con delicadeza arman en esa finca principalmente mujeres cabeza de hogar, tallos con sello colombiano que crecieron en la sabana de Bogotá y que llegarán a sus manos después de un auténtico periplo por las restricciones impuestas en el mundo para mitigar el impacto del coronavirus.

Ante la incertidumbre causada por los cierres de aeropuertos y confinamientos, la primera alternativa de Ayurá fue recortar parte del cultivo previsto para la celebración del Día de la Madre del año pasado y salir al mercado con la producción que ya tenían lista.

“Pero como vimos que las flores traen felicidad dijimos: ‘no vamos a dejar de sembrar, no vamos a parar nuestra producción (para San Valentín), de pronto vamos a ser más cautelosos’, y así fue que tratamos de planear ‘Valentino’, no irnos muy grande pero sí con la convicción de que ya había pasado bastante tiempo y las cosas tenían que cambiar”, dice Fuentes.

Sin despedir a ningún empleado y adaptando las jornadas de trabajo en dos turnos para evitar aglomeraciones en la finca, la operación para la fiesta de los enamorados siguió adelante. La cosecha echó raíces y el negocio también.

Los números superaron las expectativas y para San Valentín unos 3.5 millones de tallos de claves y 1.2 millones de rosas de Ayurá fueron vendidos en cuatro semanas principalmente a Estados Unidos, a donde va cerca del 80% de la producción de toda la floricultura colombiana, así como a Canadá, Japón, Australia, Países Bajos, Corea, Filipinas, España y Hungría.

“Para nosotros una fiesta como ‘Valentino’ representa el 30% de las ventas, es una fiesta demasiado importante por la naturaleza del negocio y fuimos afortunados porque este sector no cerró totalmente como lo hicieron otros, porque en las flores si tú dejas de regarlas un día, el cultivo se acaba”, explica Fuentes.

Medidas extremas

Flor María Rodríguez corta con cuidado claveles de más de 70 variedades que se siembran en Ayurá, hace con ellos paquetes de 90 tallos y los amontona en una lona que luego es transportada a los cuartos de poscosecha.

Su trabajo desde hace 14 años no es solo cortar las flores. Sus manos además deben cuidar que cada clavel esté en perfecto estado y sin enfermedad para que puedan soportar los largos trayectos que recorren para llegar a su destino y conserven su calidad.

En una hora corta unos 360 tallos de clavel, a un ritmo al que, según narra, ya está acostumbrada, aunque la pandemia les haya obligado a tomar estrictas medidas para trabajar sin exponerse a contagios ni descuidar labores como el riego y el corte.

“Cuidamos cada detalle, como que el tallo permanezca derecho y engrose, para que sean plantas productivas para las exportaciones”, describe Rodríguez.

Decenas de mujeres como ella, con sus uniformes color caqui, clasifican por tamaños y tonalidades los tallos para luego convertir las lonas de claveles en llamativos ramos en una bodega, adaptada para cumplir con el distanciamiento físico, desde donde se despachan los encargos según los pedidos de clientes en todo el mundo.

Floricultura sobrevive

Colombia, segundo exportador mundial de flores y principal productor y exportador de claveles, según la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores), fortaleció los protocolos y el trabajo articulado en la cadena de producción para amortiguar el impacto de la pandemia en este sector que genera unos 140,000 empleos directos en el país.

“La floricultura colombiana gracias a ese gran esfuerzo ha logrado salir avante y seguir exportando sus flores. Esta es la primera vez que vamos a tener el San Valentín dentro de la pandemia, nos preparamos con mucho tiempo y los cultivos siguen produciendo su flor”, destaca el presidente de la Asocolflores, Augusto Solano.

El gran reto para Colombia, que llega con sus flores a unos 100 países, ha sido durante la pandemia garantizar el transporte aéreo de carga, sobreponerse a la falta de capacidad de la aerolíneas que se enfocaron principalmente en el transporte de insumos médicos y elementos de bioseguridad, así como enfrentar los altos costos de los envíos.

Colombia exporta anualmente unos 5,700 millones de tallos de entre 1,400 y 1,600 variedades de flores, cifras con la que alcanza en el mercado mundial una participación de 16%, la más alta después de Países Bajos que tiene el 48%.

“Sin ser alimentos somos un producto perecedero y los cultivos requerían de esa atención permanente, entonces establecimos un protocolo muy estricto y teníamos claro que para poder continuar operando teníamos que mantener las condiciones de salud en los cultivos y eso lo hemos logrado”, explica Solano.

A pesar de los cierres, la meta de envío para San Valentín, que representa cerca del 15% de sus exportaciones totales del año, es un 5% superior a la expectativa del año anterior porque, según Solano, el interés de las personas en demostrar sus emociones no disminuyó.

Comercio electrónico se impone

En los primeros meses de la pandemia Ayurá perdió un 20% de sus ventas, sin embargo las cifras se recuperaron gracias a las paulatinas reaperturas en el mundo, la reactivación del mercado y el crecimiento de los negocios a través del comercio electrónico.

La emergencia sanitaria fue un impulso para el comercio electrónico y facilitó las entregas directas a clientes que antes dependían exclusivamente de distribuidores mayoristas o que encontraron en este modelo una opción para sacarle mayor provecho al mercado.

“La pandemia tuvo un impacto muy grande en la forma como se comercializaban las flores en el sentido de que el comercio electrónico, entró a jugar un papel más importante, no solamente para enviar las flores directamente a los consumidores sino que pequeños negocios en cualquier parte del mundo se aventuraron a hacer esos pedidos”, resalta Solano.

El presidente de Asocolflores destaca además que para las operaciones de comercio electrónico Colombia ha dado grandes pasos como mejorar la disponibilidad de transporte para este tipo de pedidos, estrategia que facilitó el envío de millones de flores.

“Para este San Valentín se ha notado un incremento importante de los pedidos de e-commerce. Creo que eso es producto de la pandemia pero cuando pase la emergencia buena parte de eso va a continuar”, espera optimista Solano.