Christine Lagarde. (Foto: AFP)
Christine Lagarde. (Foto: AFP)

La presidenta del , rechazó las apuestas del mercado de que la inflación galopante forzaría una subida de alzas deel próximo año en la zona euro, reafirmando la percepción de que las presiones sobre los precios se aliviarán para entonces.

Mientras los bancos centrales de otras regiones del mundo se encaminan hacia una política monetaria más estricta, Lagarde dijo que el Consejo de Gobierno del BCE había realizado un prolongado “examen de conciencia” sobre su postura, pero concluyó que era la correcta.

El tema dominó la discusión de política monetaria de esta semana de BCE, señaló. “Hablamos de inflación, inflación, inflación”.

Lagarde identificó los precios más altos de la energía, un desajuste global entre la recuperación de la demanda y la oferta, y efectos de base únicos como el fin de un recorte en el impuesto a las ventas en Alemania, como los tres factores principales que impulsaban temporalmente la inflación de la zona euro.

“Si bien la inflación tardará más en bajar de lo esperado anteriormente, esperamos que estos factores disminuyan en el transcurso del próximo año. Seguimos viendo una inflación en el mediano plazo por debajo de nuestra meta de 2%”, afirmó.

En referencia a la guía del BCE que estipula que las tasas de interés no subirán hasta que se vea que la inflación regresa al objetivo hacia la mitad del período de pronóstico y se mantiene ahí, agregó: “Claramente bajo el análisis actual (esas condiciones) no se cumplen y no lo harán en el futuro próximo”.

El BCE ha argumentado durante mucho tiempo que el pico actual de los precios es fugaz y que las presiones inflacionarias subyacentes son lo suficientemente débiles como para requerir su apoyo monetario en los próximos años.

Pero las expectativas de inflación de los consumidores están aumentando rápidamente en la zona euro y los inversores también dudan de esa opinión, por lo que esperan un alza de tasas para fines del próximo año, lo que abre una gran brecha entre la propia guía del BCE y las previsiones del mercado.

Un dato revelado el jueves indicó que los precios al consumidor de Alemania subieron un 4.6% en octubre, por encima de lo esperado, lo que refleja las crecientes presiones sobre los precios en la mayor economía de Europa.

Posición de cautela

Sin embargo, el fenómeno es global y los bancos centrales de todo el mundo ya están reaccionando.

El Banco de Canadá fue el último en hacerlo, cuando indicó el miércoles que podría subir las tasas de interés en abril del 2022 y dijo que la inflación se mantendría por encima del objetivo durante gran parte del próximo año.

La Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra también han señalado un endurecimiento de la política monetaria, mientras que varios bancos más pequeños, desde los organismos rectores de Noruega hasta Corea del Sur, ya han subido las tasas.

Más allá de los comentarios sobre la inflación, el BCE mantuvo su política monetaria sin cambios el jueves -como se esperaba ampliamente- antes de una decisión crucial en diciembre en la que le tocará decidir si pone fin a sus estímulos de emergencia con miras a un ciclo de normalización.

El BCE reafirmó su plan de seguir comprando bonos para fijar los costos de los préstamos cerca de mínimos históricos.