Chile. (Foto: AFP)
Chile. (Foto: AFP)

El Gobierno chileno recibió este miércoles un duro golpe después de que la Cámara de Diputados aprobara con 13 votos del bloque oficialista un proyecto que permite el retiro anticipado del 10% de las pensiones como ayuda económica ante la del , iniciativa a la que se opone el Ejecutivo.

Los intentos del Gabinete que preside por convencer a los parlamentarios de votar en contra de este proyecto resultaron infructuosos y la iniciativa continuará su tramitación parlamentaria, ahora en el Senado.

Ni las negociaciones llevabas a cabo personalmente por algunos ministros ni el nuevo plan de ayudas a la clase media que Piñera presentó el martes lograron convencer a la totalidad del bloque oficialista para desestimar el retiro anticipado de las pensiones, sumiendo en una crisis a la coalición que sustenta al Gobierno.

La iniciativa requería 93 votos favorables y acabó contando con 95 votos a favor, 36 en contra y 22 abstenciones, y en el Senado necesitará la aprobación de las tres quintas partes de la Cámara para prosperar.

"Trabajamos muy intensamente para poder convencer a nuestra coalición, lamentablemente, no pudimos convencerlos a todos. Vamos a tener que trabajar muchísimo y vamos a hacer un esfuerzo muy importante para que este traspié tan importante permita dar paso a un nuevo trato y que volvamos a trabajar con sentido de unidad y de coalición", dijo el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, tras la votación en el Congreso.

El alto funcionario expresó que la propuesta aprobada "no es buena" porque "va a significar es que las personas para poder tener un alivio para enfrentar las dificultades económicas van a tener que usar sus ahorros previsionales".

Asimismo, mostró su confianza en enmendar la situación en el Senado y convencer en esa instancia a los legisladores de que las ayudas que ha propuesto el Gobierno para este tiempo de pandemia "son mejores y más justas" que lo aprobado por los diputados.

Hacia un nuevo modelo de pensiones

Por contra, desde la oposición, esta reforma es vista como la mejor manera de ofrecer una ayuda inmediata a las personas durante la pandemia y también como el inicio de un futuro cambio estructural de todo el sistema previsional.

"Finalmente se ha roto el paradigma de un sistema injusto, de un sistema de capitalización individual que ha abusado de los chilenos durante cuatro décadas, y se abre una puerta sin retorno", dijo el diputado del Partido por la Democracia (PPD) Raúl Soto.

Por su parte, el diputado de la Democracia Cristiana Matías Walker abogó por que la votación del miércoles sea "el inicio de un gran acuerdo nacional para tener un sistema de pensiones más justo y solidario", según señaló a través de Twitter.

El modelo de pensiones de Chile se basa en el ahorro individual obligatorio, mediante el cual cada trabajador aporta un 10% mensual de su sueldo bruto a un fondo de pensiones personal del que puede disponer cuando se jubila y que es gestionado por las denominadas Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).

El sistema, instaurado en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es altamente contestado por parte de la población desde hace años y fue uno de los motivos centrales del estallido social del pasado octubre.

Con esta reforma se busca establecer un mecanismo transitorio de retiro parcial anticipado de parte los fondos previsionales, con ocasión de la crisis económica provocada por la pandemia del COVID-19, de tal manera que por única vez los afiliados al sistema de pensiones que lo deseen puedan retirar hasta el 10% de sus fondos acumulados en las AFP.

Agitación ciudadana y temor a nuevas protestas

El debate de este proyecto agitó también a la ciudadanía, que según las encuestas apoya mayoritariamente la iniciativa y que anoche lo demostró con un masivo cacerolazo a lo largo del país, evento que derivó en algunos actos violentos en la capital durante la madrugada.

Tras la aprobación por la tarde del miércoles de la iniciativa, volvieron a escucharse cacerolazos desde los balcones de algunos barrios de Santiago de Chile así como bocinazos de automóviles celebrando el resultado.

Tras el manifiesto empeño del Gobierno en que se rechace esta reforma, no se esconde el temor a que, en caso de que el Congreso la acabe desestimando y a la luz de lo sucedido anoche, vuelvan a estallar incidentes de violencia en las calles como los vistos durante las protestas sociales que comenzaron en octubre del 2019.

“Finalmente lo que se está instalando es que si el Congreso vota de una manera que a ciertas personas no les gusta, eso puede terminar en hechos de violencia”, dijo el miércoles la ministra portavoz del Gobierno, Karla Rubilar, a una televisión local.