(Foto: Difusión)
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La de impulsó la confianza del público en los medios de comunicación en general y aceleró la digitalización de la prensa, indica un informe del instituto Reuters.

Según este 10º informe sobre la información digital, la confianza en la información aumentó 6 puntos de media desde el inicio de la pandemia, hasta alcanzar un 44%.

Este resultado se basa en una serie de sondeos realizados por la empresa YouGov en 46 países (más de 92,000 encuestados en total), que representan más de la mitad de la población mundial.

Finlandia, con un 65%, sigue registrando el mayor índice de confianza, mientras que, en Estados Unidos, sólo el 29% de sus habitantes asegura confiar en los medios de comunicación.

Según Nic Newman, autor principal del informe, dos factores vinculados a la crisis pueden explicar este aumento de la confianza: una mayor importancia a la “información factual” y a los medios de proximidad, dejando a un lado la “información política más partidista”.

“Este efecto podría ser sólo temporal, pero en casi todos los países observamos que el público da prioridad a las fuentes fiables”, agrega Newman en el estudio.

Alza de las suscripciones digitales

Este movimiento benefició especialmente a los medios de servicio público “fuertes e independientes” en países como Francia, apunta el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo, que forma parte de la universidad de Oxford.

El estudio confirma además las graves dificultades de la prensa escrita, provocadas o agravadas por la crisis sanitaria, debido a las restricciones a los desplazamientos que redujeron la venta de diarios y a la caída de los ingresos publicitarios.

Esto aceleró la transición hacia las suscripciones digitales, especialmente en los países donde las ventas de periódicos en papel son tradicionalmente mayores, como Alemania, Austria y Suiza.

En la veintena de países en los que los rotativos intentan impulsar activamente sus ventas digitales, un 17% de los encuestados declaran que pagaron por información en línea, dos puntos más que en el 2020 y cinco más que en el 2016.

El aumento de las suscripciones en línea más importantes se registraron en las naciones ricas, donde las de papel son históricamente más elevadas como Noruega (45% de los encuestados pagan por información digital) o Suecia (30%).

En Estados Unidos, el índice es del 21%, superior al 11% de Francia, 9% de Alemania y 8% del Reino Unido.

“Las suscripciones [digitales] empiezan a funcionar para algunos editores, pero no funcionarán para todos y sobre todo para todos los consumidores”, ya que muchos no están dispuestos a pagar, advierte Rasmus Kleis Nielsen, coautor del informe.

Apuesta por la imparcialidad

Al mismo tiempo, la confianza en las noticias compartidas en las redes sociales sigue siendo muy baja (24%).

Y la preocupación del público sobre la desinformación todavía aumenta ligeramente, pero difiere mucho según los países: alcanza el 82% en Brasil, pero el 37% en Alemania.

Entre otros resultados, la abrumadora mayoría de los encuestados (74%) estima que los medios deben ser imparciales y el 72% opina incluso que deberían dar el mismo tiempo a los diferentes bandos en temas políticos y sociales.

El informe revela también que en varios países, como Estados Unidos, algunos sectores del público (jóvenes, minorías étnicas, determinadas corrientes políticas) consideran que están mal representados en los medios.

El estudio muestra además una desafección de los jóvenes hacia los sitios de información tradicionales, en beneficio de las redes sociales, agregadores de noticias o notificaciones.

El instituto Reuters destaca que Facebook redujo su influencia en el acceso a la información el año pasado, al contrario que WhatsApp e Instagram (dos filiales del mismo grupo) o que TikTok y Telegram.

El intercambio de noticias en TikTok (una plataforma dedicada al ocio en sus orígenes) se desarrolló con la crisis del coronavirus y el movimiento Black Lives Matter.

El informe señala que los jóvenes también utilizan esta red social de vídeos muy cortos como un medio de movilización en Perú, Indonesia y Tailandia.