(Foto: EFE)
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El Palacio de Liria inicia una nueva etapa como palacio habitado y visitable, el único de su condición en , con su apertura al gran público. Una transformación que permitirá admirar los tesoros de la Casa de Alba y pasear por estancias que combinan historia y vida familiar.

Conocido como "el hermano pequeño del Palacio Real", el edificio lleva meses preparándose para la apertura, en Madrid, con nueva iluminación, cámaras de seguridad y acondicionando el recorrido para recibir a los primeros visitantes este jueves, 19 de setiembre.

Ya lo hacían antes, en dos pequeños grupos, un día a la semana y con dos años de espera. "Queremos mostrar una casa", explicó Álvaro Romero Sánchez de Arjona, director cultural de la Fundación Casa de Alba, que destaca esta particularidad por encima de cualquier otro museo de la ciudad.

En su recorrido, el extenso legado de la Casa Alba está salpicado con fotografías familiares y objetos personales de los distintos duques de la familia, una combinación de historia y curiosidad por la vida privada de una de las familias de más alta alcurnia de la nobleza española difícil de igualar por cualquier otro espacio cultural de la ciudad.

A la legión de cuadros de autores ilustres como Rubens, Goya, o Velázquez se suman objetos personales, como frascos de colonia y pastilleros de la fallecida Cayetana de Alba y elementos del escritorio de su padre.

En la mayoría de las 14 salas visitables también hay fotos familiares, como instantáneas de la boda y la infancia de Cayetana de Alba, que, en otras, aparece acompañada por Jackie Kennedy, un retrato de Felipe González junto a su mujer Carmen Romero, una instantánea de la boda de los Reyes eméritos, y otras más actuales, como las de los hijos del actual duque, Carlos Fitz-James Stuart.

El edificio -ubicado en una de las calles más céntricas de Madrid- ha tenido muchas vidas. La primera cuando fue construido en 1770, época en que fue residencia de varios duques, hasta que fue asolado por un incendio durante la Guerra Civil, cuando solo permanecieron en pie las fachadas.

El entonces duque Jacobo Fitz-James Stuart, impulsó su reconstrucción, junto a su hija, Cayetana. Las estancias que ahora se pueden visitar siempre estuvieron ideadas para enseñar el patrimonio de la Casa de Alba.

"La parte más importante de la colección se salvó, se guardó en el Museo del Prado, el Banco de España, la embajada británica y otros lugares", explicó Romero Sánchez de Arjona.

Aquella maniobra, permitió conservar la extensa y rica colección de arte que hoy puede ver el público: cuadros de Zuloaga, Murillo, Goya, Tiziano, Rubens, Velázquez, cuelgan de sus muros junto a tapices de la Manufactura de los Gobelinos o una Afrodita Genetrix del siglo I a. C., la pieza arqueológica más importante de la casa.

La familia continuará trabajando con museos de todo el mundo para el préstamo de sus obras, declaró el portavoz de la familia. Aunque para la apertura se ha intentado que estén cuadros como la famosa duquesa de Alba de Goya, que se había prestado al Thyssen.

La dependencias que se pueden visitar están en la primera planta, mientras que la residencia principal de Carlos Fitz-James Stuart, XIX duque de Alba y sus hijos, se sitúa en la tercera planta.

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