La amenaza climática a la Gran Barrera de Coral es innegable

La Gran Barrera de Coral, en realidad una masa de arrecifes que se extiende por 3,000 kilómetros a lo largo de la costa noreste de Queensland, es importante para Australia. Cifras de un informe de 2017 de la consultora Deloitte indican que el arrecife está avaluado en 56,000 millones de dólares australianos (US$41,400 millones), respalda 64,000 puestos de trabajo y agrega 6,400 millones de dólares australianos a la economía cada año.

Lo líderes australianos no desaprovecharán el valor que tiene de ser visto como un país de belleza natural en lugar de un mal actor que destruye imprudentemente una maravilla natural prístina. El actual primer ministro, Scott Morrison, fue jefe de la agencia de turismo de Australia.

No obstante, un panorama político perverso ha dejado la política ambiental del país a merced de un núcleo duro de partidarios acérrimos de los combustibles fósiles. El carbón térmico es una de las mayores exportaciones del país, pero también lo son el turismo y la agricultura, que también se verán afectadas a medida que el mundo se caliente. Los extranjeros siempre se sorprenden de que algunos de los puertos de carbón y gas natural licuado más grandes de Australia se encuentren en la laguna de la Gran Barrera de Coral. Sus barcos la atraviesan para llegar al mercado.

El conservador Gobierno federal de Australia, dirigido por Morrison, se resiste a realizar mejoras materiales a su pésima promesa climática. Mientras tanto, el Gobierno de centro izquierda del estado de Queensland es un poco mejor. Si bien aspira a alcanzar emisiones cero netas para 2050 y pide un esfuerzo federal con el mismo objetivo, también ha apoyado el desarrollo de nuevas minas de carbón térmico.

Los arrecifes de coral son uno de los barómetros del cambio climático más visibles y sensibles del mundo. La mayoría de las secciones de la Gran Barrera se ha visto afectada por tres eventos de blanqueamiento masivo desde 2015. Si la temperatura global promedio aumenta 1.5 ºC, se verán afectados entre el 70% y el 90% de los arrecifes de coral del mundo, según el informe especial de 2018 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Si la temperatura aumenta 2 ºC, prácticamente todos los arrecifes de coral se verían perjudicados, aseveró.

La razón aparente de la oposición de Australia a ser incluido en la lista de la Unesco es que dañaría el turismo. Si bien el Consejo de la Industria del Turismo de Queensland ha rechazado los informes erróneos de que todo el arrecife está “muerto”, no se ha opuesto a estar en la lista de monumentos en peligro. “El Gobierno australiano llegó hace años a la conclusión de que el arrecife estaba en peligro por el cambio climático”, dijo el director ejecutivo del consejo, Daniel Gschwind.