FOTO 6 | Sao Paulo - Brasil, el tráfico de la hora pico es común en la mayoría de las ciudades más importantes del mundo. Algunas de esas ciudades, como São Paulo, Brasil, están tan acostumbradas a largos embotellamientos de tráfico que los pasajeros incluso aprovechan la oportunidad de ver películas mientras viajan. 

Pero incluso para sus estándares, el embotellamiento de noviembre de 2013 fue terrible: sucedió el día anterior a un fin de semana festivo y el atasco fue de 192 millas (309 km) de largo.
FOTO 6 | Sao Paulo - Brasil, el tráfico de la hora pico es común en la mayoría de las ciudades más importantes del mundo. Algunas de esas ciudades, como São Paulo, Brasil, están tan acostumbradas a largos embotellamientos de tráfico que los pasajeros incluso aprovechan la oportunidad de ver películas mientras viajan. Pero incluso para sus estándares, el embotellamiento de noviembre de 2013 fue terrible: sucedió el día anterior a un fin de semana festivo y el atasco fue de 192 millas (309 km) de largo.

La huelga de camioneros brasileños contra el aumento del precio del diésel comenzó a ceder hoy después de nueve días de bloqueos que paralizaron a la mayor economía de y sacudieron a su impopular gobierno.

Con menos protestas de camioneros en las carreteras y una mayor salida de gasolina desde las refinerías, los autobuses y transportes de mercancías iniciaron un lento regreso a las rutas.

"La situación está mejorando", afirmó el director de la Agencia Nacional del Petróleo (ANP), Aurelio Amaral.

En Río de Janeiro, donde casi todas las gasolineras permanecieron cerradas durante varios días, ya se recibieron algunos envíos de diésel. Una columna de 300 camiones con alimentos entró también en la ciudad, donde muchos supermercados se habían quedado sin productos frescos, según reportó el portal informativo G1.

Igualmente, las escuelas públicas de Rio, que permanecieron cerradas el lunes, retomaron las clases.

En Sao Paulo, la gran terminal petrolera de Ribeirao Preto, en el interior del estado, volvió a funcionar después de que los camioneros levantaran el bloqueo.

Pero, a pesar de cruciales avances, el transporte continuaba paralizado en gran parte del país, congelando su importante industria agrícola y convirtiendo los desplazamientos cotidianos en una pesadilla para millones de personas.

Diez aeropuertos seguían sin combustible para la aviación, afirmó la administradora Infraero.

La prolongada huelga no ha terminado totalmente pese a que el presidente Michel Temer cedió el domingo a los camioneros y anunció una reducción de 46 centavos de real por litro de diésel durante 60 días, entre otras medidas.

El lunes por la tarde, el mandatario afirmó tener "absoluta certeza de que en uno o dos días esa huelga cesará".

Las protestas contra el aumento de los precios del diésel impactaron en todos los sectores de un país que carece de una red ferroviaria importante y donde 60% del transporte de mercaderías se realiza con camiones.

La Asociación Brasileña de Comercio Exterior (AEB) estimó que a causa de la paralización dejaron de exportarse productos por 1.000 millones de dólares.

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