(Foto: EFE)
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 advirtió hoy sobre el riesgo de "saturación" mundial de desechos nucleares y cuestionó también proyectos de enterramiento profundo de residuos radiactivos.

El informe, pedido por la rama francesa de la ONG a varios expertos, analiza los diversos desechos producidos por la "cadena" del combustible nuclear, desde la extracción de uranio hasta los combustibles usados que descargan los reactores.

Estos últimos son "los más peligrosos", sobre los que Greenpeace quiere llamar la atención.

Según el informe, existe hoy "un stock mundial de unas 250.000 toneladas de combustibles usados altamente radiactivos" repartidos en unos quince países.

La mayoría de estos desechos "sigue depositada en piscinas de enfriamiento en los sitios de los reactores", subrayó el informe. Las piscinas de almacenamiento son "vulnerables" a ataques externos.

El informe señala en particular a Francia, donde el Instituto de radioprotección y de seguridad nuclear (IRSN) ya destacó el riesgo de saturación de las inmensas piscinas de La Haya donde se enfrían los combustibles irradiados de las centrales.

"No hay riesgo de saturación de las piscinas de La Haya antes de 2030", aseguró el miércoles un portavoz del grupo Orano (ex-Areva), que afirma tener 200 lugares (cada uno representa 5 toneladas de combustible usado) y utilizar otros 20 suplementarios por año.

El informe se preocupa también por el "peligro potencial" de la "acumulación" en las piscinas de los reactores estadounidenses, que contienen de "tres a cuatro veces más combustible nuclear usado por encima de lo que estaba previsto" en el origen.

Mientras las piscinas se llenan, "ningún país en el mundo posee una solución para los desperdicios de alta actividad", escribió Pete Roche, uno de los autores, consultor especializado en energía y militante antinuclear.

El sector nuclear "sin solución para sus residuos es como un avión sin pista de aterrizaje", dijo Yannick Rousselet, encargado de la campaña nuclear para Greenpeace Francia. 

El informe revisa en particular la gestión de los desechos nucleares en siete países (Bélgica, Francia, Japón, Suecia, Finlandia, Gran Bretaña y Estados Unidos).

"La industria nuclear, con el apoyo de los gobiernos a diferentes niveles, mantiene la elección de almacenamiento geológico del combustible usado (...). Sin embargo, en ninguna parte del mundo se ha instalado un lugar de almacenamiento subterráneo viable, seguro y durable a largo plazo", insiste el texto.

Considera asimismo que en Suecia y en Finlandia, donde las iniciativas son más avanzadas, hay "muchas dudas".

En cuanto al enterramiento profundo, Yannick Rousselet considera que "sería un error grave pues no se podría volver atrás". Según el informe ningún país dispone de "cálculos fiables de la totalidad de los costos que serán requeridos para administrar los depósitos nucleares durante muchas décadas o inclusive, siglos".