Fernández también se quejó de que el FMI diga en sus estatutos “que analizará el programa que el país proponga”, cuando “en verdad lo que intenta hacer, una vez más, es imponernos un programa”. (Foto: Reuters)
Fernández también se quejó de que el FMI diga en sus estatutos “que analizará el programa que el país proponga”, cuando “en verdad lo que intenta hacer, una vez más, es imponernos un programa”. (Foto: Reuters)

El presidente argentino afirmó que su país no puede pagar al los vencimientos de deuda de este año y cuestionó que el organismo intente imponerle un programa económico basado en el ajuste en el marco de las actuales negociaciones para refinanciar un préstamo por unos US$ 44,000 millones.

Fernández dijo a la radio AM 750 que “nadie piensa en el mundo que la puede pagar US$ 19,000 millones” este año entre capital e intereses, con lo cual será necesario “seguir hablando y encontrar una solución con el Fondo”.

Argentina mantiene una larga y ardua negociación con el organismo crediticio para refinanciar US$ 44,000 millones de un préstamo otorgado al gobierno del conservador Mauricio Macri (2015-2019) en medio de una crisis monetaria. De los US$ 19,000 millones que vencen este año, sólo en el primer trimestre es necesario cancelar US$ 3,900 millones.

Fernández también se quejó de que el FMI diga en sus estatutos “que analizará el programa que el país proponga”, cuando “en verdad lo que intenta hacer, una vez más, es imponernos un programa”.

El mandatario acotó que su país propone ordenar la economía y hacerla crecer para afrontar los pagos, mientras que el FMI defiende “la receta eterna” del ajuste, consistente, entre otras cosas, en el achicamiento de la economía y una menor importación de insumos para contar con más dólares con el fin de saldar la deuda. “La verdad que para hacer eso no estamos y por eso se demora la discusión”, sostuvo.

Fernández también señaló que Estados Unidos -el país con mayor peso en el directorio del FMI- “no ha tenido una posición clara sobre el programa argentino”, aunque “si uno tiene en cuenta lo que hoy hace, debería acompañar nuestra propuesta (ya que) está llevando a cabo un plan keynesiano de gran magnitud”.

La semana pasada, el mandatario y su ministro de Economía, Martín Guzmán, dijeron que las negociaciones se encuentran en un momento “crucial” y que Argentina no piensa aceptar un ajuste que pueda conspirar contra su actual crecimiento económico. El punto que más desacuerdos está generando es el monto del déficit fiscal al que se debería comprometer el país sudamericano.

El gobierno también insiste en que el crédito otorgado en el 2018 fue “político” y permitió sostener al gobierno de Macri.

Argentina aspira a obtener el mayor apoyo político dentro y fuera de sus fronteras en sus conversaciones con el FMI.

El canciller argentino Santiago Cafiero viajará a Estados Unidos la próxima semana para reunirse con el secretario de Estado, Antony Blinken, con quien se prevé que aborde el asunto.

En el plano local, el ministro de Economía argentino tiene previstos encuentros con gobernadores de la oposición, senadores, diputados, empresarios y sindicalistas en un intento por mostrar la unidad de los distintos sectores frente al organismo de crédito.