Los incendios no dan tregua en la, convertida en centro de una crisis ambiental y de tensiones diplomáticas entre y países europeos, principalmente Francia.

Porto Velho, la capital del estado de Rondonia (norte), amaneció el lunes bajo una neblina de humo y olor a quemado debido a los vientos de los incendios. El aeropuerto fue cerrado por la mañana durante una hora y media por baja visibilidad.

Dos aviones cisterna Hércules C-130 comenzaron a lanzar decenas de miles de litros de agua en las zonas incendiadas.

Los aparatos forman parte de la operación militar ordenada el viernes por el presidente , bajo presión interna e internacional. Unos 43,000 soldados de regimientos amazónicos están prontos para entrar en actividad, señaló el ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva.

Hasta el domingo a las 18H00 GMT se registraron 80,626 incendios en todo Brasil en lo que va de año, 78% más que en el mismo periodo del 2018, y 1,113 focos nuevos en relación al sábado, según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE). Más de la mitad queman la región amazónica.

En , la creciente deforestación provocada para abrir espacio a cultivos o pastoreo agravó la temporada habitual de incendios, según expertos.

Bolsonaro, entre nacionalismo y malos sondeos

El fuego desató una disputa de alto voltaje entre Bolsonaro y su homólogo francés, quien planteó la cuestión de la Amazonía en la cumbre del G7, que reúne a los representantes de las mayores potencias económicas del mundo en Biarritz, en el sur de Francia.

Esa cumbre acordó aportar US$ 20 millones para enviar aviones bombarderos para sofocar el fuego y que el bloque respalde un plan de a medio plazo, que se presentará en la en setiembre.

Macron "va a convencer a los jefes de Estado a ayudar a la Amazonía con los incendios y el estado crítico de la selva", dijo el líder indígena Raoni, emblema de la lucha contra la deforestación de la Amazonía, tras un encuentro con el gobernante al margen del G7.

En los próximos días, Israel también enviará "100 toneladas de material anti incendios" para evitar la expansión del fuego, dijo la portavoz de la embajada israelí en Brasil. La ayuda fue pactada el domingo por el primer ministro Benjamin Netanyahu y Bolsonaro en una conversación telefónica.

Bolsonaro, que acusa a Macron de tener "mentalidad colonial", afirmó este lunes que el mandatario francés "disfraza sus intenciones" al proponer "una 'alianza'" del G7 "para 'salvar' la Amazonía, como si fuésemos una colonia o una tierra de nadie".

Bolsonaro trata de jugar a fondo la carta nacionalista en un tema con el que los brasileños tanto de izquierda como de derecha se muestran sensibles.

"Evidentemente, la Amazonía brasileña se sitúa en territorio brasileño y es evidente que Brasil ejerce su soberanía en su territorio. Pero eso no puede ser usado como argumento para justificar la omisión y el inmovilismo del gobierno ante ese patrimonio que es nacional, pero de importancia mundial", dijo el diputado Alessandro Molon, del Partido Socialista (PSB).

Desde que llegó al poder en enero, Bolsonaro protagonizó varias polémicas con los ambientalistas, llegando a cuestionar los datos del INPE y a paralizar el Fondo , financiado por Noruega y en menor medida por Alemania, para preservación de la selva tropical.

Su retórica creó malestar en los sectores del agronegocio, que temen el cierre de mercados para carnes y cereales brasileños por sospechas de que podrían proceder de zonas deforestadas.

La carta nacionalista no parece en todo caso haberle dado frutos inmediatos al mandatario.

Una encuesta realizada entre el 22 y el 25 de agosto, en plena polémica, reveló que su índice de aprobación cayó de 57.5% en febrero a 41% en agosto, en tanto que la desaprobación subió de 28.2% a 53.7%.

“El día del fuego”

Bolsonaro ordenó investigar reportes de que numerosos productores rurales, comerciantes y 'grileiros' -como se denomina a personas que se apropian ilegalmente de tierras públicas- actuaron concertadamente para encender fuegos el 10 de agosto pasado a lo largo de una carretera del estado de Pará (norte).

Según la Revista Globo Rural, al menos 70 personas se organizaron a través de Whatsapp para incendiar las márgenes de esa carretera entre los puertos fluviales de Rio Tapajós y el estado de Mato Grosso, con el fin de mostrar "apoyo" a las ideas de Bolsonaro en materia de flexibilización de controles ambientales.

Los satélites del INPE detectaron ese día 124 focos de incendio en la zona, un 300% más que al día anterior.