(Foto: Wagner Cesar Munhoz)
(Foto: Wagner Cesar Munhoz)

El verano significa fresas en muchas partes del hemisferio norte. Los festivales de la son frecuentes por todo y

En Wimbledon, el prestigioso torneo de tenis en las afueras de Londres, las fresas con nata se consideran una tradición de la cancha. El fruto es rojo, la nata blanca.

En , donde la temporada alta termina en abril, las cosas son diferentes. Las fresas blancas son particularmente apreciadas. Los frutos blancos, que se venden en tiendas de alimentación exclusivas y se empaquetan como si fuesen joyas (y, a menudo, se compran para regalo), pueden costar hasta 1,000 yenes (US$ 9) la unidad. (La que se muestra aquí, de Teshima en la prefectura de Saga, cuesta 720 yenes).

Aunque el sabor es similar al de los frutos rojos, la variedad blanca tiene sus ventajas: mancha menos, atrae menos pájaros durante su cultivo, y las plantas resisten algunas enfermedades. Y quizás lo más importante: cuestiona las ideas preconcebidas.

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