y pisaron el acelerador en su proyecto de alianza europea para la fabricación de baterías para, al que Bruselas dio su acuerdo de principio, considerando urgente cerrar la brecha entre Europa y China.

En total, se invertirán en este proyecto "entre 5,000 millones a 6,000 millones de euros", anunciaron el jueves los ministros francés y alemán de Economía, Bruno Le Maire y Peter Altmaier respectivamente, en París.

Esta suma será compuesta de una subvención pública de "máximo 1,200 millones de euros", a la que la ya dio su acuerdo de principio, y de unos "4,000 millones de euros de fondos privados", detalló Le Maire.

Este proyecto, lanzado hace 18 meses, desembocará, según dijo Le Maire, en la construcción de aquí al 2020 de una fábrica piloto con 200 empleados en Francia, y de aquí al 2023 de dos fábricas de producción, una en Francia y la otra en Alemania, que emplearían a unas 1,500 personas.

"Es una etapa importante en la larga historia de nuestra industria europea", apuntó Le Maire, para quien este proyecto muestra que Europa "no está condenada a depender de las importaciones tecnológicas de las dos grandes potencias, Estados Unidos y China".

'Más interés que nunca'

Según Peter Altmaier, varias empresas europeas ya han manifestado su interés por unirse al futuro consorcio, entre ellas el grupo automovilístico (Peugeot-Citroen) y su filial y el fabricante francés de baterías Saft, que pertenece al grupo Total.

"Hoy en día, tenemos más interés que nunca" en este proyecto de la industria europea, conocido como el "Airbus de las baterías", en referencia al gigante aeroespacial europeo, declaró Altmaier, quien aseguró que París y Berlín han obtenido "35 respuestas positivas, incluidas las de los principales fabricantes de automóviles".

"Los consorcios no están compuestos por el Estado, no están compuestos por los ministros", recalcó Altmaier, recordando que la decisión de integrar o no la alianza recae sobre las empresas y constructores, que están "en el origen de este proyecto".

Contactada por la AFP, PSA -que aún no ha formalizado su participación en el consorcio- aseguró que están "estudiando" el tema.

"No se ha tomado ninguna decisión por el momento y no se tomará hasta que la Unión Europea haya asumido un compromiso formal", sobre las ayudas, dijo un portavoz del segundo fabricante europeo de automóviles.

Puñado de grupos asiáticos

Según el Comisario europeo encargado de Energía, Maros Sefcovic, Bruselas podría dar luz verde para las subvenciones públicas antes de que finalice el mandato de la actual Comisión, es decir, en octubre.

"Hay que apresurarse si queremos que nuestra producción europea esté en marcha dentro de cuatro o cinco años", dijo Sefcovic, quien prometió que la Comisión, criticada por París y Berlín por haber impedido el gran matrimonio industrial franco-alemán de Alstom y Siemens, desempeñaría un "papel facilitador".

Según Bruno Le Maire, "otros Estados miembros" de la también han "expresado ya su deseo de unirse al proyecto", como Italia, Bélgica, Polonia, Austria, Finlandia.

La fabricación de baterías y sus componentes clave, las células, está actualmente controlado por un puñado de grupos asiáticos.

Pero Europa quiere cerrar esa brecha abismal, sobre todo frente a China, para reducir la dependencia de los fabricantes europeos de automóviles y en un momento en que se espera que las ventas de coches eléctricos despeguen en la Unión Europea, impulsadas por las restricciones a las emisiones contaminantes.