FOTO 6 | Venezolanos llegaron con sus familias. (Foto: Andina)
FOTO 6 | Venezolanos llegaron con sus familias. (Foto: Andina)

Quito.- El flujo de emigrantes venezolanos a Ecuador, en busca de mejores condiciones de vida o en tránsito hacia otros países, ha dado una nueva vuelta de tuerca al distanciamiento del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, con el venezolano Nicolás Maduro, a cuya administración califica de "irresponsable" e "inhumana".

Ecuador "está preocupado por la falta de voluntad política del Gobierno de Venezuela para buscar soluciones democráticas al problema generado por una Administración irresponsable e inhumana", señalo el viernes una nota de prensa de la Secretaría de Comunicación sobre los protocolos migratorios.

Una declaración "bastante fuerte" a criterio del analista Fernando Carrión, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), quien ve que el giro en la política exterior de Ecuador se ha intensificado con la llegada de José Valencia a la Cancillería, en reemplazo de María Fernanda Espinosa.

El excanciller Marcelo Fernández de Córdoba, cree que "ya era hora" de un giro en las relaciones aunque lo ve insuficiente.

"Hasta hace poco tiempo, so pretexto de no intervención en asuntos internos de Venezuela, Ecuador se ha hecho de la vista gorda de todo lo que está pasando", comenta a Efe este diplomático de carrera con más de cuarenta años de servicio.

Y agrega que "únicamente con la tragedia humanitaria de los miles de venezolanos que han venido al Ecuador se han visto obligados a reconocer que en Venezuela la situación es sumamente difícil, un país en donde no se respetan los derechos humanos y que tiene una inflación que es una de las más altas del mundo", sostiene.

"Evidentemente que Ecuador ha dado un pequeño giro, no es completo porque desde mi punto de vista Ecuador debía haberse ya incorporado al Grupo de Lima", que busca un "cambio radical (...) dentro de bases democráticas, con elecciones libres", opina.

Aún así, reconoce las diferencias en comparación con la Administración de Rafael Correa, antecesor de Moreno y aliado del fallecido presidente Hugo Chávez y de Maduro, un distanciamiento que ya se evidenció tras las presidenciales de mayo en Venezuela cuando Moreno expresó por primera vez de forma pública su preocupación por la situación.

El gobernante formuló entonces una iniciativa para que se lleve a cabo una consulta en Venezuela bajo supervisión internacional destinada a refrendar la reelección de Maduro.

Pero pese a esos pronunciamientos, el excanciller echa en falta "una posición definida pues -dice- la solución del problema de los migrantes no está en los países a los cuales van sino en Venezuela".

Exembajador en Suecia, Dinamarca, Noruega y Francia, Fernández de Córdoba cree que la situación de Venezuela no va a cambiar "si es que no existe una real presión internacional que obligue a Caracas a llevar adelante elecciones democráticas".

Presión que no cree que se logre en la reunión a la que ha convocado Ecuador a países de la región para analizar, en Quito, el tema migratorio venezolano entre el 17 y 18 de septiembre próximo.

Carrión, doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, analiza para Efe que en la cita de Quito se podrían consensuar medidas migratorias conjuntas, y lograr alguna presión para que Caracas agilice la entrega de los documentos de viaje a los venezolanos.

Critica la decisión ecuatoriana de exigir pasaporte a los venezolanos (desde el 18 de agosto), y que tras ser anulada el viernes por un tribunal, Quito haya impuesto como requisito de ingreso la cédula validada pues dificulta los desplazamientos.

Ambos analistas creen que la salida de Quito de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) en respuesta a la crisis humanitaria y al éxodo en Venezuela, es parte el giro en las relaciones.

Según datos difundidos por la Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 2.3 millones de venezolanos están viviendo fuera de su país, de los que más de 1.6 millones lo han abandonado desde el año 2015.

"La salida de ciudadanos venezolanos de su país es consecuencia de la crisis económica y política de Venezuela. Las repercusiones son regionales, sin embargo, Ecuador será siempre solidario", anotó Valencia el jueves cuando anunció la salida de la Alba.

Y aunque el Alba dijo respetar la decisión de Quito, consideró que con esa medida se suma a los "esfuerzos de algunos Gobiernos de la región por buscar la salida" de Maduro del poder.