Hay una alta probabilidad de no lograr un acuerdo para el Brexit. (Foto: AP)
Hay una alta probabilidad de no lograr un acuerdo para el Brexit. (Foto: AP)

Por Lara Malvesí

El euroescepticismo, que ya amenazó con aguar la fiesta proeuropea en los comicios a la Eurocámara del 2014, vuelve a asomar, esta vez con más número previsto de escaños, pero con la misma división interna e incapacidad para bloquear los grandes temas.

Hace cinco años, con la crisis económica todavía demasiado reciente y un populismo antieuropeo que terminaría cristalizándose en fenómenos como el o la radicalización del Fidesz del húngaro Viktor Orbán, todas las crónicas ya temían la llegada de los euroscépticos a la Eurocámara como un peligroso caballo de Troya que destruiría la

Si en el 2014 consiguieron en torno a un centenar de escaños, en estas elecciones se calcula que los eurófobos, de mayor o menor intensidad, serán alrededor de 175. Un número nada desdeñable pero alejado de constituir una mayoría de bloqueo en un hemiciclo de 751 eurodiputados.

La investigadora del centro europeo de ciencia política (CEPS) Sophia Russack señaló que los euroescépticos "en ningún caso serán el principal o incluso el segundo o tercer grupo en la Eurocámara", aunque reconoció que anticipar la magnitud del auge del populismo "es casi imposible".

"Con los extremismos los sondeos siempre se equivocan, porque es siempre impredecible, ya pasó con el Brexit o con (el presidente de Estados Unidos, Donald) Trump en el 2016", dijo.

La salida de Reino Unido -inicialmente el 31 de octubre, aunque ya nadie se atreve a asegurar nada- tendrá gran influencia en el peso final de los eurófobos en el hemiciclo, pues en la actualidad los conservadores británicos y el son buques insignia del tercer y sexto grupo de la Eurocámara.

Pero reemplazo no les falta de otras nacionalidades y partidos. El colega del grupo europeo ENF de Reagrupación Nacional de Marine Le Pen así como Mateo Salvini y su Liga italiana llevan meses trabajando por crear un gran grupo euroescéptico.

En sus filas estarán Alternativa por Alemania (Afd) o los xenófobos austríacos y belgas del FPO y el Vlams Belang.

Al grupo euroescéptico de Salvini no es descartable que pudiera unirse el Fidesz húngaro de Víktor Orbán, que tras ser suspendido de su membresía en el Partido Popular Europeo ha anunciado que no apoyará al candidato común de los conservadores, Manfred Weber.

En las últimas semanas, la relación entre el líder de La Liga y el del Fidesz (ambos encabezan los sondeos a las europeas en sus respectivos países) se ha hecho más estrecha, pero ninguno ha concretado que piensen unirse en un solo grupo.

Además del grupo de Salvini y Le Pen quedaría el grupo de los conservadores y reformistas (ECR) y el de la Europa para la Libertad y la Democracia Directa, con el Movimiento 5 Estrellas a la cabeza si el UKIP (EFDD) termina abandonando con el

Sobre la posibilidad de que todos los eurófobos confluyan para acabar formando un supergrupo anti europeo, fuentes parlamentarias y la propia politóloga lo descartan totalmente.

"No serán capaces de unirse, hay mucha división interna y en realidad tienen agendas políticas muy distintas", señaló Russack, quien destacó que "en realidad los euroescépticos no quieren abolir el Parlamento Europeo", porque políticamente les alienta tener un enemigo contra el que "luchar".

La experta en política europea indica también que "después del Brexit, otros populistas ya no se atreven a ir tan lejos como pedir la salida de la UE".

Todas las proyecciones dan como primer y segundo grupo al PPE y los socialdemócratas (SYD). El tercer lugar se espera que lo ocupe un partido liberal reforzado por los eurodiputados de la formación de , que será clave para que la tríada siga sacando adelante la agenda europeísta.

Con todo, asuntos como la inmigración, el medio ambiente o los temas sociales, entre otros, podrían verse afectados si para sacar determinados asuntos adelante es necesario buscar votos más allá de los confines de los grupos tradicionales.