España está llevando a cabo la mayor reforma de su sistema de gas natural licuado (GNL) en un intento por reforzar su papel como centro clave de almacenamiento y comercialización del combustible.
El país ibérico, que cuenta con el mayor número de terminales de GNL de Europa, está transformando su red, centrada en el mercado interno, a una más accesible para los comerciantes mundiales. A partir del próximo año, España planea introducir cambios a los límites de almacenamiento y tarifas que en el pasado han disuadido a los cargadores de almacenar y recargar GNL en su territorio.
El momento no podría ser mejor ya que nuevas plantas, desde Estados Unidos a Rusia, están añadiendo cada vez más GNL en un mercado que ya está poniendo a prueba los límites de almacenamiento. Ese exceso de suministro resultó en el trasporte por mar de un número récord de cargamentos de GNL hacia Europa el mes pasado, una tendencia que continuará durante el resto del año.
“Debido a los altos costes del uso de la infraestructura, España perdió en gran medida frente a otros países europeos en el arbitraje de recarga frente a los mercados asiáticos en 2017-18”, dijo Leyra Fernández Díaz, analista mundial de gas de Energy Aspects Ltd. “Probablemente este no ya no será el caso después de las reformas”.
Las terminales españolas tienen aproximadamente la misma capacidad de almacenamiento total que sus dos rivales más cercanos, Gran Bretaña y Francia, de acuerdo con Gas Infrastructure Europe. España también cuenta con la terminal en funcionamiento más antigua de Europa. Sus instalaciones en Barcelona llevan operando desde 1968.
A partir de octubre del próximo año, los comerciantes de GNL que utilicen las terminales de España no tendrán que entregar gas a la red del país. También podrán licitar por espacio durante períodos establecidos, una práctica común en otros centros europeos.
Agustín Alonso, de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia de España, dijo que la capacidad de almacenamiento de GNL se ofrecerá como un servicio separado, a través de subastas regulares como productos estándar: anual, trimestral, mensual, diario e intradiario. Alonso añadió que los usuarios deberán pagar el precio resultante de la subasta por la cifra total de la capacidad reservada, independientemente de si la usan o no.
Esto supone una desviación del sistema actual, que está orientado al abastecimiento de España, el sexto mayor usuario de gas de la Unión Europea. Se cobran tarifas diarias por el almacenamiento y se imponen sanciones severas a quienes superan los límites establecidos, incluido el tiempo que se retienen los suministros.
Eliminar esas sanciones reducirá aproximadamente US$ 0.56 / mmbtu del coste de almacenar una carga durante un mes, según Energy Aspects. Esto supone aproximadamente el 10% del precio de referencia actual para el GNL en Asia, el mayor usuario del combustible.
Esta sería una buena noticia para los comerciantes de GNL que durante este verano y en otoño no tuvieron más remedio que dejar cargamentos en España ante una ola de suministros entrantes que llenó las instalaciones de almacenamiento de Europa. Si bien España importó GNL ya que las empresas de servicios públicos quemaron más gas, lo que los comerciantes a menudo necesitan es un lugar para guardar el combustible para reexportarlo o usarlo en el futuro.
La CNMC aún debe aprobar la reducción en las tarifas. Los productos de capacidad estarán disponibles a partir del 1 de octubre, y la primera subasta de los productos anuales tendrá lugar en septiembre.