(Foto: iStock)
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Todos los días, los empleados de vuelven a colocar papel de baño, huevos, productos enlatados y fabricados tan rápido como los artículos dejan los estantes.

Desinfectan teclados, manijas de los congeladores y cajas registradoras mientras cientos de personas pasan a su lado, en ocasiones pasando demasiado cerca de ellos en medio de la de .

Algunos trabajan durante horas detrás de barreras de plástico instaladas en las cajas, para protegerlos contra estornudos o tos repentinos que pueden propagar .

No son médicos o enfermeros, sin embargo, han sido elogiados por su dedicación por el papa Francisco, el expresidente y un sinnúmero de personas en las redes sociales, en momentos en los que aumenta el número de casos confirmados y muertes por Covid-19.

Desde Sudáfrica hasta Italia y Estados Unidos, los empleados de supermercados, muchos de ellos con baja remuneración, están en las líneas de combate en medio de cierres a nivel mundial, con su trabajo considerado como esencial para mantener el flujo de alimentos y productos de primera necesidad.

Algunos temen infectarse o llevar el virus a casa a sus seres queridos. Algunos exigen mejores protecciones laborales, incluidos turnos más cortos que les permitan descansar, y un pago extra por trabajar de cerca con el público.

“Todos están asustados en todos lados, aquí en Sudáfrica y en todas partes del mundo”, dijo Zandile Mlotshwa, cajera en el supermercado Spar en el suburbio de Norwood, en Johannesburgo.

En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus causa síntomas leves o moderados, como fiebre y tos y la mayoría sobrevive. Pero en algunos, sobre todo en adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes, puede causar afecciones más graves, como neumonía y la muerte.

En Estados Unidos, un puñado de estados ha dado a los trabajadores de supermercado una clasificación especial que les permite poner a sus hijos bajo cuidado pagado por el estado mientras trabajan. Los sindicatos de Colorado, Alaska, Texas y muchos otros estados presionan a los gobernadores para que eleven el estatus de sus trabajadores a socorristas.

Los trabajadores de supermercados y entrega de alimentos insisten que sus empleadores les paguen más y les proporcionen mascarillas, trajes y acceso a pruebas.