(Foto: Human Rights Watch)
(Foto: Human Rights Watch)

Las trabajadoras textiles de , en su mayoría mujeres procedentes de áreas rurales y que de media ganan unos US$ 26 al mes, son las peor pagadas en esta industria en el mundo, revela un nuevo estudio de la Universidad de Nueva York.

"El entusiasmo del Gobierno (etíope) por atraer inversión extranjera lo llevó a promover el salario base más bajo de cualquier país productor de prendas de vestir, ahora equivalente a US$ 26 al mes", afirman los investigadores del Centro de Empresas y Derechos Humanos de la Escuela de Negocios Stern, de la Universidad de Nueva York.

"Con esa cantidad, las trabajadoras, la mayoría mujeres jóvenes de familias campesinas pobres, no pueden permitirse una vivienda digna, comida o transporte", especifican los autores del informe, Paul M. Barrett y Dorothée Baumann-Pauly.

"El aumento de salarios en Asia ha contribuido a que las marcas occidentales se muestren interesadas en fabricar en África", señala el estudio.

En comparación, los trabajadores chinos ganan de media unos US$ 340 mensuales; los de Indonesia, US$ 280; y los de Bangladesh, US$ 95; entre otros países analizados, como Turquía (US$ 340) o Camboya (US$ 182).

El informe, titulado: "Hecho en Etiopía: desafíos en la nueva frontera de la industria de la confección", se basa en una visita realizada este año al emblemático Parque Industrial de Hawassa, localizado a 225 kilómetros al sur de Adís Abeba, y orgullo de las autoridades etíopes desde que fuera inaugurado en junio del 2017.

En él trabajan unas 25,000 personas que fabrican prendas para algunas de las marcas más conocidas del mundo.

"Con una capacitación relativamente pequeña, los empleados inquietos han protestado dejando de trabajar o renunciando a la vez. La productividad en las fábricas de Hawassa suele ser baja, mientras que la desilusión y la deserción de los trabajadores es alta", indica el texto.

Por ello, los investigadores animan al Gobierno etíope, liderado desde abril de 2018 por el reformista primer ministro, Abiy Admed, a que implemente un plan económico a largo plazo que fortalezca la industria textil de su país, con un salario suficiente que garantice unas condiciones de vida dignas.

"Idealmente, Etiopía elaboraría un plan a largo plazo para demandar no solo un aumento de la cantidad de inversión y empleos, sino también mejorar la calidad del trabajo y transferir conocimientos y habilidades a los empleados etíopes", concluye el estudio.