(Foto: Difusión)
(Foto: Difusión)

En un país que acumulaba dos años en recesión cuando llegó la , las empresas dese han convertido en la otra cara de la economía argentina: mientras otros sectores se tambalean, sus cifras de negocio siguen aumentando día a día.

Navegar contracorriente no es nuevo para las tecnofinanzas, ya que, como explica el coordinador general de la Cámara Argentina de Fintech, Mariano Biocca, este tipo de empresas se ha duplicado en los dos últimos años pese a la crisis: de 133 compañías existentes en el 2018 pasaron a más de 250 en la actualidad.

Para Biocca, esto se debe principalmente a dos factores: casi todos los argentinos tienen un teléfono inteligente y, pese a que la mayoría de los ciudadanos del país tienen cuenta bancaria, aproximadamente siete de cada 10 están subatendidos.

Por ello, existe una gran cantidad de argentinos a los que estas empresas pueden ofrecerles servicios financieros, que tradicionalmente no han percibido, y estos ciudadanos cuentan con los instrumentos necesarios para adquirirlos: cuenta bancaria y un teléfono móvil.

Auge de los pagos digitales

Las billeteras y servicios de pago digitales son consideradas una de las estrellas del sector. Se trata de aplicaciones que permiten tener una cuenta virtual con la que realizar transferencias, inversiones y pagos, pedir créditos o una tarjeta monedero.

Las medidas de confinamiento y la recomendación de no usar dinero en efectivo hicieron que estas soluciones ganaran mayor implementación en el bolsillo de los argentinos. De hecho, ya hay más de 7 millones de cuentas virtuales únicas (CVU) en el país, según Biocca.

"(La pandemia) aceleró procesos y hábitos que hubieran tardado muchísimo más tiempo", asegura la portavoz de Ualá, Julieta Biagioni.

Ualá es una de las billeteras con más usuarios en el país y en mayo rebasó la barrera de las 2 millones de tarjeta prepago emitidas.

Aunque Biagioni clarifica que esperaban llegar igualmente a esta cifra, señala que en estos meses "crecieron muchísimo".

"Lo que nos sorprendió y lo que creemos que fue un cambio de hábitos durante esta pandemia es que personas que nunca habían hecho una transferencia a una cuenta, que nunca habían pagado un servicio, empezaron a hacerlo", subraya.

También fueron momentos de hacer cosas que nunca había hecho el propio equipo de Ualá, explica la portavoz, ya que la empresa ha contratado durante la pandemia a 120 nuevos trabajadores que hicieron todo el proceso de selección de manera virtual y que conocieron a sus jefes y compañeros de trabajo por videollamada.

Pymes se unen al pago digital

Otro de los principales actores en el sector es Mercadopago, billetera digital parte del gigante del comercio electrónico MercadoLibre, que también experimentó un crecimiento que, en campos como volumen de pagos de servicios e intercambio de dinero entre particulares, llegó a situarse un 88% por encima del esperado a comienzos de ejercicio.

Su vicepresidenta senior de Operaciones, Paula Arregui, dijo que, en el mundo de los pagos, se vio "una aceleración de volumen, un crecimiento muy asociado al contexto de pandemia", lo que para servicios como MercadoPago "fue como un atajo a que mucha más gente se animara a probarlo en periodos más cortos".

El producto cuenta con 3.5 millones de usuarios en el país y 8 en Latinoamérica y también ofrece servicios de cobro a empresas. Arregui recalca que casi 35,000 pequeñas y medianas empresas comenzaron a utilizar Mercadopago en Argentina durante la pandemia.

La directiva asegura que una de las razones del éxito de la compañía es que proporciona herramientas "muy fáciles de usar", incluso para personas con muy pocos conocimientos tecnológicos.

Estos buenos números también ven su reflejo en la bolsa estadounidense, donde los títulos de MercadoLibre cotizan bordeando los US$ 1,000 por acción.

Futuro: regulaciones y crecimiento

El éxito del sector también ha atraído la atención del Banco Central argentino que recientemente publicó dos normativas: una que exige a los proveedores de servicios de pagos (psp) inscribirse en un registro y otra que obliga a las billeteras digitales a mantener el 100% del saldo de sus clientes en una cuenta bancaria.

Biocca, coordinador general de la cámara, confiesa que le gustaría una mayor comunicación con los reguladores para que las fintech pudieran aportar sus sugerencias, ya que asegura que el sector se enteró de las nuevas normativas "por el diario".

"La regulación tiene el desafío de, por un lado, proteger al usuario, pero, por el otro, no matar a la innovación", concluye Biocca, que augura gran potencial de crecimiento en Argentina a campos como los seguros digitales y las criptomonedas.

"Una vez pruebas soluciones que te permiten con solo sacar una foto pagar una factura de agua o de luz, ese hábito ya queda y vemos que lo repiten.", explica Biagioni (Ualá), quien cree que los usuarios que llegaron en la pandemia están para quedarse.

Opinión que comparte Arregui, que además celebra que progresivamente aparezcan nuevas empresas en el sector y considera que el potencial para crecer "es infinito" dadas las cantidades de efectivo que siguen circulando.

En una sociedad que busca minimizar el contacto, hacerle una foto a un código parece una forma más aséptica de pagar una barra de pan que el tradicional intercambio de billetes, siempre susceptible de portar gérmenes, por lo que estas aplicaciones aspiran a desbancar al efectivo del bolsillo de los ciudadanos en la nueva normalidad.