(Foto: Difusión)
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La población en edad de trabajar envejecerá enen los próximos treinta años, según apuntan los pronósticos, y su número decrecerá constantemente a partir de mediados de la década del 2020, lo que se traducirá en una caída de la renta per cápita de 6,500 euros hasta el 2050.

Según un estudio realizado por el Instituto Austríaco de Investigación Económica (WIFO), por encargo de la Fundación Bertelsmann, el envejecimiento demográfico y sus efectos negativos harán que en términos generales el crecimiento real del PBI se reduzca en más de 80,000 millones de euros en el 2040 y en más de 200,000 millones de euros hasta el 2050 (todo en precios del 2010).

Dado que los pronósticos apuntan a un aumento de la población en edad de trabajar hasta finales de la década del 2020, el crecimiento del PBI debería ser hasta el 2030 incluso mayor que el punto que sirve de referencia, el del supuesto en el que la población se "congelará" en su nivel del 2018 y no hubiera variaciones demográficas.

Traducido a valores per cápita, el crecimiento del PBI en el 2030 se situará 750 euros por debajo del supuesto de referencia: en el 2040, en alrededor de 3,400 euros, y en el 2050, en unos 6,500 euros.

De los siete países para los que el estudio analiza las consecuencias del envejecimiento demográfico en el desarrollo de la productividad, el crecimiento económico y otros factores macroeconómicos, Estados Unidos es el menos afectado, con una caída del PBI per cápita de 2,196 euros en el 2040.

Por contra, el crecimiento del PBI en Japón se reducirá respecto al supuesto de referencia en 6,447 euros, seguido de Austria (4,223 euros), Alemania (3,716 euros), Italia (3,442 euros), España (3,409 euros) y Francia (3,368 euros).

Según Martina Lizarazo, experta en demografía y directora de estudios de la Fundación Bertelsmann, "los resultados relativamente buenos de Estados Unidos se explican sobre todo por un desarrollo demográfico más favorable, por una mayor inmigración y por índices de natalidad más elevados".

"Estados Unidos es en nuestro estudio el único país en el que la población activa crecerá y no envejecerá en los próximos veinte años", explicó.

Por otra parte, en casi todos los países analizados, en los próximos diez a veinte años, el porcentaje de personas de más edad (entre 55 y 64 años) en la población activa aumentará.

Dado que la productividad individual de las personas alcanza su pico alrededor de los 50 años y se reduce después lentamente, también la productividad laboral a nivel macroeconómico se verá resentida.

Así, en el caso de España, la diferencia entre el supuesto de "población prevista" y el del supuesto de referencia ("población constante del 2018") crecerá de alrededor de 1.2 euros por hora trabajada en el 2030, a 2.8 euros en el 2040 y a casi 4.1 euros en el 2050.

Según el estudio, inversiones notablemente mayores en digitalización y automatización ayudarían a contrarrestar esta evolución demográfica, con el fin de compensar la falta de trabajadores ante el decrecimiento de la población en edad de trabajar y mantener la competitividad internacional.

No obstante, además de más inversiones en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y programas, también es necesario tomar medidas para aumentar el número de personas que forma parte de la población activa y en particular mantener la productividad en edades más avanzadas, indica Lizarazo.