La subida de los precios de la energía alarmó a los líderes europeos y provocó escalofríos en los mercados mundiales el miércoles, lo que elevaba la preocupación por una crisis de combustible en invierno boreal que podría jugar a favor de Rusia, un país rico en gas.
Los precios del petróleo en Estados Unidos tocaron brevemente su nivel más alto en casi siete años y los del gas natural alcanzaron niveles récord, mientras China y otros grandes consumidores se esfuerzan por hacer frente a una demanda que se ha recuperado más rápidamente de lo previsto tras la crisis del COVID-19.
En Europa, los precios del gas natural se han disparado casi un 600% este año debido a la preocupación de que los bajos niveles actuales de almacenamiento sean insuficientes para el invierno. En Estados Unidos, los futuros del gas natural han alcanzado recientemente un máximo de 12 años.
La incertidumbre sobre si el aumento de los precios de la energía estimulará la inflación y las alzas de las tasas de interés afectó a los mercados mundiales de renta variable y a la renta fija en Europa, especialmente en Gran Bretaña, donde varias empresas energéticas se han hundido como consecuencia del aumento de los precios.
Los precios de la energía encabezaron la agenda política de la Unión Europea el miércoles, cuando los consumidores se enfrentan a un enorme aumento de las facturas de combustible en el invierno boreal.
“Creo que tenemos que tener muy claro que los precios del gas están por las nubes”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y pidió que se vuelva a apostar por las energías renovables.
La UE, que importa el 90% de su gas, observa que Rusia no ha seguido el ejemplo de su otro principal proveedor, Noruega, en el aumento de los suministros, afirmó el martes von der Leyen.
El presidente Vladimir Putin afirmó este miércoles que Rusia estaba aumentando el suministro de gas a Europa y que tenía la disposición a estabilizar el mercado.
Sin embargo, el presidente ejecutivo adjunto de la empresa de gas rusa Gazprom afirmó que seguía bombeando gas natural a los almacenes subterráneos de Rusia. Gazprom también afirmó esta semana que daría prioridad a su mercado interno sobre las ventas de exportación porque esperaba un invierno frío y nevado.
Algunos parlamentarios de la UE han alegado que Gazprom no ha aumentado el suministro de gas para tratar de forzar una rápida aprobación del Nord Stream 2, un gasoducto de nueva construcción que enviará gas ruso a Alemania.
Estados Unidos y algunos países europeos se oponen al proyecto, alegando que hará a la UE aún más dependiente del combustible ruso.
Rusia ha negado en repetidas ocasiones cualquier agenda política. El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, declaró a la prensa que “no hay absolutamente ningún papel de Rusia en lo que está ocurriendo en el mercado del gas”.