China ha respondido aplicando aranceles por el mismo valor a productos agrícolas estadounidenses como soja, sorgo y algodón. (Foto: EFE)
China ha respondido aplicando aranceles por el mismo valor a productos agrícolas estadounidenses como soja, sorgo y algodón. (Foto: EFE)

Pekín.- Enfrentada a una peligrosa guerra comercial con Estados Unidos, la economía china da señales de debilidad y hasta el gobierno reconoce ahora "el impacto" de su pulso con Washington.

El crecimiento, la inversión y la producción industrial se desaceleraron, según datos publicados este lunes por la Oficina Nacional de Estadísticas de China, 10 días después del inicio de las hostilidades comerciales con el país presidido por Donald Trump.

El crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) se ralentizó en el segundo trimestre, hasta el 6.7% interanual, una décima menos que en el primero, aunque sigue por encima del objetivo del 6,5% fijado por el gobierno chino para 2018.

Aunque no hay todavía peligro, se percibe un cambio de tono en los comentarios oficiales en Pekín que hasta ahora sostenían generalmente que una guerra comercial sería más perjudicial para Estados Unidos que para China.

"El proteccionismo sigue agitándose en la superficie del planeta, lo que constituye un desafío importante para la recuperación económica mundial y añade retos y desafíos para nosotros", admitió ante la prensa el portavoz de la oficina de estadísticas, Mao Shengyong.

El conflicto aduanero "tendrá un impacto en las economías de China y Estados Unidos (...) y muchos otros países se verán afectados", advirtió.

Los analistas estiman que la rivalidad entre las dos primeras economías del mundo no ha hecho sentir por ahora su impacto, dado que los dos países no empezaron a imponerse mutuamente aranceles punitivos hasta el 6 de julio sobre US$ 34,000 millones de importaciones anuales.

Pero Estados Unidos disparó una nueva salva la semana pasada al establecer una lista complementaria de productos chinos importados, de un valor de US$ 200,000 millones anuales, que amenazan con gravar hasta un 10% a partir de septiembre.

Pekín advirtió al día siguiente que tomaría "medidas de represalia necesarias" si Washington ejecutaba su amenaza.

"Fase de desaceleración"

Los últimos datos del comercio revelaron un nuevo excedente récord de las exportaciones chinas con destino a Estados Unidos en junio.

Pero este resultado podría explicarse por la voluntad de los exportadores de vender lo más posible en Estados Unidos antes de la entrada en vigor de nuevos aranceles. Y corre el riesgo de enfurecer todavía más a Trump.

Estados Unidos absorbe el 20% de las exportaciones chinas y las sanciones decididas por el presidente estadounidense podrían costar entre dos y cinco décimas de crecimiento a China, según economistas.

Esto en un momento en que el gobierno se esfuerza por cerrar las fábricas más contaminantes y luchar contra la deuda colosal del país, dos políticas que también pesan sobre el crecimiento.

China podría responder sosteniendo la actividad con una política monetaria y presupuestaria más acomodaticia.

"La economía china parece estar en fase de desaceleración. El gobierno parece flexibilizar suavemente su política (...) pese a su objetivo de reducción de riesgos financieros", observa Alaistair Chan, de la agencia Moody's.

"La Oficina de Estadísticas empieza a reconocer públicamente que la economía está perdiendo velocidad", coincide Julian Evans-Pritchard, de Capital Economics. "Esto debería permitir a las autoridades justificar un regreso al respaldo de la actividad".

Además, la producción industrial también se frenó en junio, hasta el 6% interanual, contra 6.8% el mes anterior.

Y las inversiones en capital fijo continuaron su caída, con una progresión de solo el 6% interanual durante los seis primeros meses del año.

El único consuelo para Pekín es el consumo de los hogares, que se aceleró el mes pasado con un aumento del 9% interanual de las ventas detallistas, contra el 8.5% en mayo.