(Foto: Reuters)
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Los alimentos de España y Portugal, muy apreciados en el extranjero, tienen un reto común para continuar su expansión: depender menos de Europa y lanzarse a otros mercados internacionales, en especial Asia, según expone el director de Alimentaria Exhibitiones, Toni Valls.

Valls, que participó en la última edición de Alimentaria & Horexpo, la principal feria de la alimentación, distribución y hostelería en Portugal, dice que el viejo continente tiene un peso que puede limitar el potencial con que cuentan las carnes, pescados, lácteos y vinos ibéricos.

"Viendo el mercado en general, hoy por hoy el destino de las exportaciones de España están concentradas en 65% en el mercado europeo. Las portuguesas están algo por encima, alrededor de un 70%", apunta.

Por ello, localiza "dos grandes retos" para ambos países, el primero de ellos "disminuir la dependencia europea para ir entrando poco a poco en los mercados internacionales", fundamentalmente "Canadá, Estados Unidos, Centroamérica, Latinoamérica y por supuesto el frente asiático".

Además, convendría "reforzar las relaciones entre España y Portugal", que son ya robustas.

Según últimos datos actualizados, en el 2017 Portugal fue el tercer socio comercial de los alimentos y bebidas españolas, tras Francia e Italia, y el valor de las exportaciones de estos productos a Portugal fue de 3,428 millones de euros, un 9% más con respecto al año anterior.

Los reyes de este intercambio son aceite de oliva, cárnicos, lácteos, dulces y pescado, algo curioso teniendo en cuenta que Portugal es gran productor, puesto que es un elemento fundamental de su cocina, sobre todo bacalao y sardinas.

"España está vendiendo un 40% del pescado congelado a Portugal", destaca en este sentido Valls, que recuerda que la balanza entre ambos países sigue una tendencia alcista desde el 2015 que tiene poco margen para mejorar más.

"Por similitud de productos y población no preveo grandes cambios en la trayectoria que hemos tenido actualmente", reflexiona.

Por todo ello el mercado asiático, no solo China, sino Singapur y Japón, puede jugar un importante papel para una mayor proyección de los productos ibéricos, sobre todo los cárnicos y el aceite de oliva.

Ambos ya tienen "muy buena aceptación por parte de los consumidores asiáticos", por lo que Valls prevé "un desarrollo importante en esta área no solo en términos de exportación, sino de internacionalización y entrar en esos mercados con desarrollos no solo de corto plazo sino de medio y largo plazo".

Mientras esa estrategia se consolida, Alimentaria Exhibitions, una sociedad dedicada a la organización de eventos, entre los que destaca Alimentaria Barcelona, un certamen en España que "se codea entre las grandes citas de referencia internacional" y recibe alrededor de 150,000 visitantes.

Alimentaria & Horexpo, en Lisboa, está mucho más concentrado en los mercados de influencia lusa, como Brasil, Angola, Cabo Verde o Mozambique, todas ellas excolonias portuguesas y que actualmente vive un cambio hacia la hostelería debido al boom del turismo que el país ha experimentado en los últimos tiempos.

Actualmente recibe alrededor de 25 millones de visitantes anuales, una cifra que hace que haya que "orientar lo que sería la plataforma de salón de Lisboa en este sentido".