(Foto: Getty Images)
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Cuando cerró las escuelas debido a la propagación del nuevo , Mayumi Iijima reaccionó con gran angustia, pensando en los malabarismos que tenía que hacer entre su trabajo y sus dos hijos.

Un dilema que comparten muchos padres, desde Italia hasta , pasando por Irán: según las Naciones Unidas, 290 millones de estudiantes en todo el mundo están privados de escuela debido a la epidemia.

En Japón, las guarderías están autorizadas a permanecer abiertas, pero el hijo y la hija de Iijima, Torao y Koto, de nueve y ocho años, respectivamente, no tienen escuela este mes.

Afortunadamente, su empresa de recursos humanos le permitió llevar a sus niños al lugar de trabajo en Tokio, mientras que el empleador de su marido no tuvo ninguna flexibilidad.

"Lo que la empresa puede hacer para ayudar es no aislar a las madres que trabajan", explicó la portavoz de la empresa de Iijima, Junko Sato.

Aunque agradecida, la mujer, de 40 años, encuentra la situación poco ideal. “Espero que los clases se reanuden pronto”, comentó, diciéndose “preocupada” por los estudios de sus hijos.

Difícil sin wifi

Han Ji-hee, archivera surcoreana y madre de dos hijos, comparte la inquietud de Iijima. En Corea del Sur, las escuelas están cerradas hasta el 23 de marzo y ella debe depender cada vez en su marido, su madre o su sobrina para cuidar a sus niños.

"Realmente odio esta situación", afirmó. "Los niños se aburren mucho, no pueden jugar fuera o ver a sus amigos, así que no tienen nada que hacer".

"No hacen más que mirar la televisión y jugar con su teléfono toda el día", se lamenta.

En Hong Kong, el cierre de las escuelas, en vigor desde febrero, está previsto actualmente hasta la Pascua.

Algunos profesores recurrieron a aplicaciones de cursos en línea. Pero eso requiere una buena conexión de internet y ciertas habilidades en informática, lo que no es el caso de muchas familias de los alumnos de Billy Yeung, un profesor de primaria.

"Algunos padres me han dicho que no tienen wifi en su casa. Uno me contó que había usado todo su paquete de internet descargando los documentos escolares", explicó.

Consola ilimitada

Sin embargo, algunos jóvenes de Hong Kong disfrutan la nueva situación, pues en este territorio autónomo el sistema escolar es particularmente competitivo.

Es el caso de Leo, de 14 años, quien en lugar de sus habituales nueve lecciones por día, sólo debe seguir diariamente dos videoconferencias de 45 minutos cada una.

"Siento que es más fácil concentrarme y me siento menos estresado", destacó.

El cierre de los centros escolares no se aplica en todos los países asiáticos. En Singapur, por ejemplo, el gobierno se opuso a cerrarlos, argumentando que eso "perturbaría mucho" la vida diaria.

"Aunque todos los niños fueran enviados a sus casas, eso no sería una garantía contra la infección", agregó el ministro de Educación de Singapur.

En Tokio, el cierre de escuelas no impide a los niños salir. Muchos barrios populares entre los adolescentes siguen llenos de gente, como Harajuku y Shibuya, y los más jóvenes continúan visitando los parques infantiles.

"Mi madre me hace sentarme con ella toda la mañana así que no tengo otra opción que hacer mis deberes", se queja un niño de nueve años, sentado un columpio.

"Pero la buena noticia es que puedo jugar en la Nintendo Switch durante horas", se alegra, precisando que fue suspendido el límite de 45 minutos de consola al día en su familia, dadas las circunstancias.

“Ahora, puedo jugar todo el tiempo que quiera!”, celebró.