El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. (Foto: Reuters)
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. (Foto: Reuters)

En hay “suficientes revolucionarios para enfrentar cualquier tipo de manifestación”, advirtió el presidente ante el desafío de grupos opositores de mantener una marcha el 15 de noviembre que el gobierno ya ha prohibido.

“Hay suficientes revolucionarios para enfrentar cualquier tipo de manifestación que pretenda destruir a la revolución, con respeto y en defensa de la Constitución, pero también con energía y valor”, dijo el mandatario y primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC - único), al clausurar una reunión plenaria del Comité Central, de 114 miembros y la máxima instancia de poder en la isla.

“Que sepan los imperialistas que van a tener que luchar con un pueblo que no se deja engañar, un pueblo suficientemente numeroso, valiente y heroico para luchar, al que no le asustan las amenazas”, añadió Díaz-Canel, vestido con camisa y pantalón verde olivo.

A la reunión asistió su antecesor Raúl Castro, quien desde su jubilación en abril pasado ocasionalmente aparece en público.

El grupo disidente de reflexión política Archipiélago, que convocó a una marcha el 15 de noviembre en La Habana y en siete provincias de la isla, mantiene su llamado, pese a que las autoridades prohibieron la semana pasada esta protesta y han advertido de consecuencias penales a los organizadores si continúan con la iniciativa.

Esta convocatoria ocurre tras las inéditas manifestaciones que estallaron el 11 y 12 de julio en cerca de 50 ciudades del país al grito de “Libertad” y “Tenemos hambre”, que dejaron un muerto, decenas de heridos y más de 1,000 detenidos, de los cuales más de 560 siguen en prisión.

La protesta de noviembre es por el “cambio” y por la liberación de los presos políticos, según los organizadores.

El gobierno cubano considera que las protestas forman parte de una estrategia apoyada por Washington para cambiar el régimen.

Funcionarios de Estados Unidos por su parte han hecho reiteradas críticas a La Habana por la prohibición de la marcha del 15 de noviembre y por las personas detenidas a raíz de las manifestaciones de julio.

Cuba atraviesa una profunda crisis económica con una severa escasez de alimentos y medicinas, agudizada por la caída del turismo debido al COVID-19 y el endurecimiento de las sanciones impuestas por Donald Trump durante su mandato, que su sucesor Joe Biden ha mantenido.

En su mensaje, el presidente llamó a los cubanos a “cerrar filas, a luchar por nuestros problemas con creatividad” como parte del “combate”.