Foto 3 | Qatar. Una división en junio entre Catar y una alianza de cuatro países encabezada por Arabia Saudita dejó a los mercados en crisis. Las notas de la nación que vencen en 2026 cayeron el mes siguiente a un mínimo histórico cuando las potencias regionales tomaron medidas para aislar a Catar por sus vínculos con Irán. Pero en septiembre, la mayoría de esas pérdidas se había recuperado. Los activos del país sufrieron otro golpe a principios de noviembre en medio de la creciente disputa de Arabia Saudita con Irán, tras lo cual se recuperaron de ese impacto.
Foto 3 | Qatar. Una división en junio entre Catar y una alianza de cuatro países encabezada por Arabia Saudita dejó a los mercados en crisis. Las notas de la nación que vencen en 2026 cayeron el mes siguiente a un mínimo histórico cuando las potencias regionales tomaron medidas para aislar a Catar por sus vínculos con Irán. Pero en septiembre, la mayoría de esas pérdidas se había recuperado. Los activos del país sufrieron otro golpe a principios de noviembre en medio de la creciente disputa de Arabia Saudita con Irán, tras lo cual se recuperaron de ese impacto.

Doha.- La crisis que estalló hace un año entre Catar y sus vecinos liderados por Arabia Saudita, hizo emerger un "nuevo" Golfo, dividido e inestable, y modificó las alianzas tradicionales en Oriente Medio, según analistas.

El 5 de junio de 2017, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Baréin (tres países del Golfo) pero también Egipto decidieron de un día para el otro cortar todas sus relaciones con Catar, al que acusaron, a pesar de sus desmentidos, de "apoyar el terrorismo" y de ser próximo al Irán chiita, el gran rival regional de lo saudíes sunitas.

Esta disputa, especialmente virulenta, puso en duda incluso la viabilidad del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que desde 1981 reúne a las seis monarquías petroleras árabes de la región y ha favorecido la emergencia de un nuevo eje diplomático entre Catar, Turquía e Irán.

"No creo que sea exagerado decir que hay nuevos centros de poder emergiendo en Oriente Medio", dijo a la AFP David Roberts, profesor adjunto del King's College de Londres.

En varias ocasiones, Emiratos y Catar fueron acusados de provocar incidentes aéreos y, según el periódico francés Le Monde, Riad incluso amenazó con actuar militarmente si Doha compraba un sistema ruso de misiles tierra-aire S-400.

Por el momento no parece haber solución al conflicto y los expertos aseguran que las repercusiones serán profundas y duraderas.

"La crisis, con su impacto en la unidad regional del Golfo Arábigo, puede ser tan perturbadora como lo fue la invasión de Kuwait por [el expresidente iraquí] Sadam Husein en 1990", estima Kristian Ulrichsen, un experto asociado de la Rice University de Estados Unidos.

Sin ganadores

Catar, un pequeño emirato gasístico con grandes ambiciones, ha visto cómo quedaba cerrada su única frontera terrestre al tiempo que su compañía aérea tiene prohibido utilizar el espacio aéreo de sus vecinos y que sus ciudadanos han sido expulsados de los países que aplican el boicot.

Los cuatro adversarios de Catar le presentaron una lista de 13 demandas, incluyendo el cierre de la cadena de televisión Al Jazeera, la retirada de las tropas turcas de su territorio y la reducción de su cooperación con Irán, con el que comparte el mayor campo de gas del mundo.

Pero Catar no hizo nada de eso y acusó a los cuatro países de querer ponerlo "bajo tutela".

Desde que empezó la crisis, Arabia Saudí, líder de las monarquías del Golfo, y sus aliados quieren doblegar a Catar, en particular por sus conexiones con los Hermanos Musulmanes y con el movimiento islamista palestino Hamas.

Doha por ahora resiste, pero a un costo económico muy alto. "No hay ganadores ni perdedores", asegura Ulrichsen.

"Los cataríes resisten y demuestran su gran pragmatismo, adaptándose rápidamente a la nueva realidad y poniendo en marcha arreglos comerciales y logísticos alternativos que minimizaron, pero no eliminaron, el costo de la crisis", explica.

Estados Unidos -que tiene una inmensa base militar en Catar- y Kuwait han intentado actuar como mediadores.

El presidente estadounidense Donald Trump parecía inicialmente apoyar a los saudíes pero luego calificó al emir de Catar, jeque Tamim Ben Hamad Al Thani, de "amigo" y "gentleman", al tiempo que aseguró trabajar por la "unidad" de los países del Golfo.

Para el mundo exterior, la crisis puede parecer una disputa entre un pequeño grupo de países ricos, pero tiene consecuencias más allá de ello.

La rivalidad entre Catar y Emiratos tuvo un impacto en el Cuerno de África, donde ambos buscan acrecentar su influencia.

Y varios países occidentales, entre ellos Estados Unidos y Francia, han aprovechado la voluntad de Catar de romper su aislamiento firmando importantes contratos militares con este país.

El conflicto también podría tener repercusiones en el mundial de fútbol previsto en Catar en 2022.