(Foto: AFP)
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Todo el mundo apostaba a que Fráncfort o París atraerían el negocio financiero de Londres cuando Reino Unido se separara de la pero es la que va puntera.

Datos publicados la semana pasada mostraron que en enero la capital neerlandesa desplazó a como el mayor centro de negociación de acciones de Europa, captando una quinta parte de los 40,000 millones de euros que circulan a diario, frente a una décima parte de la operaciones anteriores al .

Sin embargo, esa es sólo una de las áreas en las que la ciudad se ha adelantado silenciosamente a sus rivales a medida que atrae a las empresas de Reino Unido, evocando memorias de su pasado como potencia comercial mundial en el siglo XVII.

Ámsterdam también ha superado a Londres al convertirse en el primer centro de cotización de empresas en Europa en lo que va de año, según los datos, y en el líder de permutas de intereses denominados en euros, un mercado cuyo valor se calcula en unos US$ 135 billones en el 2020.

“Hay toda una cultura de negociación, y estar cerca de eso fue muy positivo”, dijo Robert Barnes, presidente ejecutivo de Turquoise, plataforma de negociación de acciones propiedad de la Bolsa de Londres, que ha elegido la capital neerlandesa en lugar de París para su centro de operaciones post-Brexit.

“(Aquí) tienes algunos de los grandes bancos institucionales, tienes empresas de negociación especializadas, una comunidad minorista dinámica. Pero también está en el corazón de la Europa continental”.

Cboe Europe, la rama europea del Chicago Board Options Exchange, dijo que prepara el lanzamiento de una plataforma de negociación de derivados en Ámsterdam en las próximas semanas, que emulará su negocio en Chicago.

Consultado por la razón para elegir Ámsterdam, David Howson, presidente de Cboe Europe, respondió que es en Países Bajos donde ve un “crecimiento sustancial” para su sector en Europa.

También citó el uso generalizado del inglés en la ciudad y que la normativa neerlandesa es favorable a los inversores globales, en contraste con la preferencia de algunos países europeos por defender a las empresas centradas en el ámbito nacional.

“Se necesita el núcleo de Europa para ser competitivo a escala mundial”, afirmó Howson. “Una Europa más insular o con demasiados intereses nacionales lo dificulta”.

Sin embargo, aunque la llegada de ese tipo de empresas puede suponer un aumento de los ingresos fiscales por volumen de operaciones y de la inversión privada en infraestructuras, Ámsterdam no está viviendo un “boom” de empleo, ya que muchas de las firmas que se trasladan allí tienden a estar muy especializadas y a ser empleadores más pequeños.

El nuevo negocio de Turquoise en Ámsterdam, por ejemplo, se ubica en la antigua sede de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, la megacorporación comercial que elevó a Ámsterdam a su antigua gloria financiera y que, sin embargo, sólo cuenta con cuatro empleados.

La Agencia de Inversiones Extranjeras de Países Bajos, que ha liderado los trabajos para atraer a las empresas tras el Brexit, dijo que estima en unos 1,000 los nuevos puestos de trabajo creados por las empresas financieras que se han trasladado a Ámsterdam desde el Brexit.

Se trata de una fracción de los entre 7,500 y 10,000 puestos de trabajo que se calcula que han abandonado Londres para irse a la UE desde el 2016, cuando Reino Unido votó a favor de salir del bloque, y una gota en el océano en comparación con la fuerza de trabajo financiera de la capital británica, que supera el medio millón.

Muchos bancos de inversión con sus grandes plantillas han buscado en otros lugares del continente, disuadidos en parte por las leyes del reino, que limitan las primas de los banqueros.

Cómo se está adelantando

Ámsterdam lidera la lista de salidas a bolsa en Europa este año, habiendo atraído US$ 3,400 millones, según datos de Refinitiv. Una de las firmas que han empezado a cotizar en el continente es la polaca InPost, que recaudó 2,800 millones de euros en la mayor salida a bolsa en Europa del 2021 a la fecha.

La empresa española de tecnología financiera Allfunds, la startup neerlandesa WeTransfer y dos empresas sin un plan operativo conocidas como “cheques en blanco”, -una respaldada por el ex presidente ejecutivo de Commerzbank, Martin Blessing, y otra por el magnate francés Bernard Arnault- tienen previsto cotizar en Euronext Amsterdam.

Al menos tres tecnológicas de Europa Central y del Este también están estudiando la posibilidad de cotizar en Ámsterdam, ya que el Brexit reduce el atractivo de Londres, dijeron fuentes financieras a Reuters.

Fuentes bancarias que trabajan en las dos empresas “cheques en blanco”, o con propósito especial de adquisición (SPAC, por sus siglas en inglés), señalaron que la regulación neerlandesa es lo más parecida a las normas de Estados Unidos, lo que aumenta su atractivo mundial.

En el mercado de permutas de intereses denominados en euros, las plataformas de Ámsterdam y Nueva York han acaparado la mayor parte del negocio perdido por Londres, cuya cuota cayó de algo menos del 40% en julio a poco más del 10% en enero, según datos de IHS Markit.

Esto convierte a la capital neerlandesa en el principal centro de negociación europeo, un importante avance con respecto al pasado mes de julio, cuando las plataformas de la ciudad sólo dominaban el 10% del mercado.

Ámsterdam también se convertirá en la sede del comercio europeo de derechos de emisión de carbono, con un volumen de negociación de mil millones de euros al día, cuando el Intercontinental Exchange (ICE, por sus siglas en inglés) traslade el mercado desde Londres a finales de este año.