Foto: Reuters.
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La decisión de la Corte Suprema de de autorizar las apuestas deportivas ya provoca una carrera desenfrenada entre estados y operadores privados para captar un trozo de este nuevo mercado multimillonario.

El Super Bowl, el torneo universitario de básket (March Madness), las finales del campeonato de hockey NHL... Millones de estadounidenses podrán ahora apostar en su estado por las grandes fechas del calendario deportivo del país.

Y es solo una cuestión de días. El martes, un hipódromo de Nueva Jersey anunció que comenzará a aceptar apuestas desde el 28 de mayo.

Tras un cuarto de siglo de prohibición, las apuestas deportivas regresan a los 49 estados del país que ahora podrán competir con Nevada, que era hasta ahora el único refugio de los jugadores.

El lunes, el senador republicano Orrin Hatch anunció que pronto presentará un proyecto de ley al Congreso para sentar las bases a nivel nacional del futuro mayor mercado mundial de apuestas deportivas legales del mundo.

Pero algunos expertos como Jeremi Duru, profesor de Derecho de la American University y especializado en derecho del deporte, dudan de la capacidad de Washington de legislar rápidamente sobre el tema a nivel federal. Muchos estados, no obstante, ya están en carrera.

Aquí y ahora
Antes del fallo de la Corte Suprema, seis estados ya votaron leyes que les permiten orquestar apuestas en unas semanas o meses, comenzado por Nueva Jersey, en el origen de la decisión del máximo tribunal.

En ese estado, segundo gran refugio del juego que incluye sobre todo a Atlantic City, "piensan en esto desde hace mucho más tiempo que todos los otros, sin contar a Nevada", explicó Michelle Minton, del centro de análisis Competitive Enterprise Institute y autora de una publicación sobre el tema.

El lunes, Jason Settlemoir, gerente general del hipódromo de Meadowlands (Nueva Jersey), situado a menos de 15 km de Nueva York, dijo a la AFP que esperaba una apertura para el comienzo de la temporada de fútbol americano el 6 de setiembre.

Su rival Monmouth Park, situado sobre la costa, prevé abrir el 28 de mayo la oficina construida hace cuatro años en colaboración con el gigante británico de los 'bookmakers', William Hill, que se posiciona en el mercado estadounidense.

Para cada estado, las dos cuestiones esenciales son los impuestos y el lugar que tendrán las apuestas en internet.

Nueva Jersey, que quiere preservar sus casinos e hipódromos, parece listo a elegir una tasa de imposición sensiblemente superior para las apuestas en internet, para evitar que capten una participación demasiado grande del mercado.

Estas variables aún en discusión serán esenciales en el posicionamiento de cada estado para atraer la mayor cantidad de jugadores, tanto en línea como en el terreno.

Desde ese punto de vista, Nevada y Las Vegas siguen idealmente colocadas con impuestos más bajos que los que serán propuestos en otros lugares, un 6.75% de los ingresos provenientes de las apuestas.

El bufete especializado Eilers and Krejcik estima en 32 la cantidad de estados que propondrán a mediano plazo apuestas deportivas, con una facturación evaluada en unos US$ 6,000 millones para el 2023.

Si los 50 estados del país se lanzaran a la competencia, los ingresos podrían alcanzar US$ 16,000 millones en el mismo plazo, por un monto jugado anualmente de US$ 245,000 millones, según el bufete.

Durante mucho tiempo las grandes ligas estadounidenses se opusieron a las apuestas deportivas por miedo a que la corrupción se infiltrase en las competencias, lo cual llevó a su prohibición a inicios de los años noventa.

Pero las apuestas se han tornado algo común en el resto del mundo, y ahora se muestran más abiertas y echan el ojo al dineral que podrían amasar.

Las grandes ligas presionan para que se integre a toda legislación, con preferencia a nivel federal, una "tasa de integridad" (integrity fee), un porcentaje de los ingresos captados de las apuestas que les correspondería.

Pero este es un escenario improbable, según Michelle Minton y Jeremi Duru, vista la hostilidad de los estados y de los profesionales del juego.

Algunos como el propietario de los Dallas Mavericks, Mark Cuban, subrayan que el simple hecho de legalizar las apuestas estimulará la industria del deporte.

"Pienso que todos los que poseen un equipo profesional en los cuatro grandes deportes (fútbol americano, básquetbol, béisbol y hockey) acaban de ver duplicarse el valor de su equipo", dijo al canal de televisión CNBC.