Los precios internacionales del té se han mantenido relativamente estables a pesar de los altibajos registrados. (Foto: Bloomberg)
Los precios internacionales del té se han mantenido relativamente estables a pesar de los altibajos registrados. (Foto: Bloomberg)

La producción mundial de té ha aumentado 4.4% anual en la última década, hasta 5.7 millones de toneladas en el 2016, empujada sobre todo por , que ha visto un crecimiento sin precedentes de su demanda interna.

Así lo recoge un estudio difundido por la (FAO), que determina que China fue "responsable" del acelerado crecimiento de la producción de té tras pasar de obtener 1.17 millones de toneladas en el 2007 a 2.4 millones en el 2016 (el 42% de la producción mundial).

Esa expansión se explica por el "crecimiento sin precedentes de la demanda doméstica", apoyada por la economía del país, que ha crecido a un ritmo medio de 10% en los últimos 30 años, según el informe.

El experto de la FAO Jean Luc Mastaki destacó que la mayor demanda de té también se debe a los nuevos hábitos ligados a un consumo de productos más saludables frente a otras bebidas en un país como China, con una larga tradición de beber té.

La India, el segundo mayor productor del mundo, también incrementó su producción hasta los 1.2 millones de toneladas en el 2016 por las condiciones meteorológicas favorables, seguida de Kenia, que superó las 475,000 toneladas (18% más que el año anterior), y Sri Lanka, que produjo unas 295,000 toneladas (el 11% menos).

Según el estudio, en la última década las exportaciones mundiales de té han crecido el 1.4% de media, hasta los 1.7 millones de toneladas en el 2016, debido especialmente a los grandes envíos desde Kenia, que vendió al exterior más de 430,000 toneladas, el 16% más que en el 2015.

Los precios internacionales de ese producto se han mantenido relativamente estables en este tiempo a pesar de los altibajos registrados en diferentes momentos, aunque Mastaki aseguró que "los productores están preocupados por que el aumento de la producción pueda impactar en los precios", rebajándolos a largo plazo.

Para evitar la menor cotización del té, el especialista afirmó que el sector está buscando la forma de expandir su consumo per cápita, que se ha reducido en mercados tradicionales europeos como el del Reino Unido mientras se ha expandido en economías emergentes como China o la India.

Mastaki agregó que los productores deben adoptar ya medidas de adaptación y mitigación ante el cambio climático, que está generando alteraciones de las temperaturas y las precipitaciones en las plantaciones, lo que en el futuro afectará la calidad y el volumen del té.

También preocupan las condiciones de los pequeños productores en los países en desarrollo, integrados en cadenas controladas a nivel mundial por unas pocas multinacionales como la anglo-holandesa Unilever (productora de Lipton y PG Tips), la india Tata Tea (de Tetley), la holandesa Van Rees y la británica James Finlay.

La ONG británica Traidcraft Exchange ha lanzado recientemente una campaña para pedir a la industria de su país que compra té del estado indio de Assam que mejore el nivel de vida de los trabajadores locales, que ganan 1.7 euros al día y apenas tienen servicios públicos.

Mastaki instó a "dar más voz a los pequeños agricultores" en esos países, fomentando las cooperativas, su capacidad de negociación, el acceso a beneficios sociales, salarios mínimos dignos y en general una mayor inclusión.

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