Energías renovables. (Foto: Difusión)
Energías renovables. (Foto: Difusión)

es un ejemplo de la apuesta por las energías renovables en Latinoamérica, según la organización REN21, que lamenta la falta de “voluntad política” en la región para trazar metas más ambiciosas, a pesar de los graves problemas de contaminación atmosférica de sus ciudades.

Lo destaca Rana Adib, directora de la red internacional por las energías renovables en el siglo XXI (REN21), en la presentación del último jueves de su segundo informe anual, centrado en las políticas de las ciudades, responsables de 75% de las

REN21 analiza en su documento los compromisos para generar energía limpia y reducir de las emisiones de las ciudades en todo el mundo, con los casos de Chile, Argentina, Brasil y México, en Latinoamérica.

Sin embargo, no aporta datos sobre la oscilación de emisiones contaminantes por la dificultad en recolectarlos.

Adib señala que Latinoamérica, y en particular países como Brasil con muchas instalaciones hidráulicas, parte con la ventaja de disponer de una vasta red de energías renovables, por lo que sus ciudades no se sienten obligadas de fijarse objetivos de generación de energía limpia.

No obstante, destaca que hay algunas que “ya se han puesto manos a la obra porque es un asunto clave. Aunque no haya objetivos para la generación de energía renovable, sí que los hay de emisiones”.

Advierte de que “las ayudas a las energías fósiles” lastran el despegue de las renovables en Latinoamérica y en el resto del mundo, y pide que se aprovechen los planes nacionales de recuperación tras la crisis del para financiar la transición energética.

“No es cierto que las renovables sean la opción más cara, de hecho es la menos costosa para la generación de energía”, subraya.

Chile triplicó su inversión en renovables en el 2019 respecto al 2018, hasta llegar a casi US$ 5,000 millones.

REN21 destaca que Santiago de Chile, donde viven 6 de los 19 millones de habitantes del país, tiene un ambicioso plan para favorecer los vehículos eléctricos y reducir el peso de lo más contaminantes.

Su responsable estimó que “hay enormes oportunidades para la creación de empleo localmente” y se refirió a Chile, por su estrategia de atracción de inversores extranjeros, que favorece la instalación de empresas en las ciudades que les generan impuestos.

Ciudad de México, con 9 millones de habitantes, figura también en el informe como una de las urbes de proa en Latinoamérica, a pesar del proyecto del Gobierno mexicano que limitaba permisos para las plantas eólicas y solares, y que fue suspendido por la Justicia.

Sobre la brasileña Sao Paulo, la ciudad más poblada de la región con 12 millones de personas y una de las más contaminadas de América, se subraya que promueve las energías limpias en el transporte público y la electrificación de su parque de autobuses con energía solar.

Buenos Aires (3 millones de habitantes) figura, asimismo, por su compromiso con la energía eléctrica de origen renovable.

Barcelona se destaca

De entre las ciudades españolas analizadas, el organismo destaca el compromiso de Barcelona, que figura entre las 66 ciudades del mundo que han propuesto o aprobado prohibir las energías fósiles en el transporte o en la vivienda.

Adib se felicita, además, por la acción del Gobierno español en favor de la transición energética. Con carácter general, constata que “los ayuntamientos están ahí para poner en marcha las medidas, pero es cierto que se quedan atrás a la hora de impulsar iniciativas”, señaló.