biofarmacia
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Chile y Costa Rica, a pesar de no ser las economías más grandes de Latinoamérica, encabezan el ránking del reporte especial 2017 sobre América Latina de la Encuesta de Competitividad e Inversión Biofarmacéutica (BCI, por sus siglas en inglés) divulgado hoy en Sao Paulo.

"El caso chileno y el costarricense resaltan de la data que tenemos y se puede observar cómo tratan de implementar un conjunto de políticas coherentes que facilitan la bioeconomía", dijo en entrevista con EFE Daniel Coriat, de Pugatch Consilium, empresa que elaboró el informe realizado para la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (Fifarma).

Coriat explica que la importancia del BCI radica en que sirve como una herramienta analítica, como un termómetro del momento que atraviesan los países y los retos que enfrentan en su ruta para convertirse en "magnetos para la inversión extranjera".

"Esto (el reporte) es basado en la evidencia, en datos e insights (visiones) que recibimos de ejecutivos de la industria farmacéutica y de quienes les reportan, ellos son los que lidian día a día con los retos y las oportunidades que se presentan en cada país", resume el experto.

Los diez países analizados de la región son Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, México, Panamá y Perú.

El reporte destaca a dos entidades, la Corporación de Fomento a la Producción (Corfo) de Chile y la Coalición costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde) como "las encargadas de transformar a sus países en centros o polos de innovación".

Coriat señala que en el caso de Costa Rica y Chile "están en una tendencia positiva".

Si bien no han llegado a niveles de referentes como Singapur, Israel o Taiwan, se puede observar avances en los cinco indicadores analizados: capacidades científicas e infraestructura, acceso al mercado y financiación, condiciones para los estudios clínicos, efectividad en la protección de la propiedad intelectual y sistema regulatorio.

"Cuando se les analiza estadísticamente bis a bis frente a otros países de Latinoamérica salen de la curva y se puede ver que están en el tope", indica.

El experto apunta que lo sobresaliente de estos países es la "coherencia en las políticas que se tratan de implementar a largo plazo".

El reporte BCI -agrega- se ha convertido en un referente para los que toman las decisiones de inversión de un sector que trae múltiples beneficios para las economías receptoras.

"No solo está la creación de empleos de alto valor y los impuestos que se pagan en cada lugar; estamos hablando de facilitar un sistema de salud en esos países de clase mundial", explica Coriat.

Entre los países más grandes de la región destaca México, aunque todavía tiene retos en materia de las políticas de largo plazo que deben tomarse sin obedecer a "urgencias cortoplacistas".

"Observamos que México está en un punto de inflexión, está por encima de los otros miembros enrumbándose hacia la dirección que están Costa Rica y Chile", anota.

Para el otro gigante regional, Brasil, el reto a asumir guarda relación con las patentes.

"Las patentes en Brasil para farmacéuticos son tratadas diferente a otro tipo de patentes", señala el especialista, quien ve en esa nación una infraestructura científica que promete ser de alta categoría, sumada a una comunidad de investigadores activos.

"Si uno combina estos recursos potenciales de la manera correcta vemos que Brasil puede emular la trayectoria que China, que está en el proceso de convertirse en un coloso mundial en el sector biofarmacéutico", anticipa.

En el caso de Argentina, que en pasados reportes había ido perdiendo posiciones en el ranking, presenta este año "un pequeño rebote hacia lo positivo pero para poder volver a una línea de base va a tomar tiempo", finaliza.