Un niño con una mascarilla ondea una bandera nacional uruguaya mientras juega en el paseo marítimo de Montevideo. (Foto: AP)
Un niño con una mascarilla ondea una bandera nacional uruguaya mientras juega en el paseo marítimo de Montevideo. (Foto: AP)

Desde el miércoles no reporta ningún caso nuevo de , además, quedan menos de 15 infectados activos y, de estos, cuatro están hospitalizados con terapia intensiva. De los 849 casos detectados desde el inicio del brote, el 95% se ha recuperado y 24 fallecieron, lo que representa una de las tasas de contagio y letalidad más bajas de la región.

Y aunque el país continúa en alerta por la dedicada situación de su vecino país Brasil, que podría desembocar en futuros contagios, no cabe duda que Uruguay ha sabido manejar la pandemia en su territorio. ¿Cómo lo hizo?

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Acatando el confinamiento

Los primeros contagios en el país sureño se registraron el 13 de marzo, a tan solo dos semanas de que Lacalle Pou asumiera la presidencia. El nuevo gobierno tomó acciones rápidas, cerrando fronteras, suspendiendo vuelos, clases y eventos multitudinarios. Sin embargo, a diferencia de otros países de la región, aquí nunca se decretó un confinamiento obligatorio.

Pese a lo anterior, en Uruguay más del 90 % de la población aceptó las recomendaciones de quedarse en casa, según mencionó a BBC Mariana Pomies, directora de la consultora de opinión pública Cifra.

Otro factor que ayudó en el manejo de la situación fue la colaboración entre las diferentes fuerzas políticas, que apoyaron las medidas económicas y sanitarias tomadas por el Gobierno.

El pasado martes, el expresidente y senador José Mujica destacó el buen papel del Gobierno para contener la pandemia. “Hizo lo que no hicieron otros Gobiernos que dijeron ‘esto es una gripecita’ y acá el tiempo en las medidas es claro”, afirmó el senador, de 85 años.

La vida está volviendo lentamente a la normalidad en Uruguay, mientras que América Latina todavía está en el medio de la tormenta de la lucha contra el COVID-19. (Foto: AP)
La vida está volviendo lentamente a la normalidad en Uruguay, mientras que América Latina todavía está en el medio de la tormenta de la lucha contra el COVID-19. (Foto: AP)

Sistema de salud

La infraestructura del país jugó un papel fundamental en el manejo de la enfermedad. En Uruguay, casi el 100% de la población tiene acceso al agua potable, algo esencial para tener las medidas de higienes adecuadas, como el lavado de manos.

Fue decisivo también su sistema de salud, que es universal, integra a los sectores públicos y privados y tiene, además, una orientación preventiva. La fuerte presencia de médicos de familia, que incluye atención domiciliaria, y su sistema de emergencia prehospitalario ayudaron a evitar aglomeraciones en los grandes hospitales. Las pruebas de coronavirus para casos sospechosos se realizan en los propios hogares.

Demografía

Sin embargo, el éxito del país no se debe únicamente a la rápida y oportuna acción de las autoridades, su baja demogafía también jugó a su favor.

“Hay otros factores que colaboran al control del virus en Uruguay, que tiene que ver con las características demográficas del país, con una baja densidad de población y sin grandes urbes”, comentó a AFP el epidemiólogo Julio Vignolo, asesor del gobierno uruguayo.

Hoy, las medidas de distanciamiento continúan en Uruguay, pero con prudencia el país retorna a la nueva normalidad: ha retomado el año lectivo y el comercio en general se reactiva.

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