Carnaval de Río en la era Bolsonaro, un desfile de críticas

La fiesta cultural más famosa de Sudamérica, el carnaval de Río de Janeiro, tiene raíces religiosas. Como todos los años, comienza 40 días antes de Semana Santa, dando paso al inicio de la cuaresma.

Sin embargo, a pesar de tener connotación católica y que la ciudad tenga como alcalde al exobispo evangélico Marcelo Crivella, en la edición de este año, el carnaval vistió un tono de denuncia ante un gobierno ultraconservador, y reivindicó la posición de los indígenas, negros y las mujeres.

Línea del carnaval

En los 720 metros que recorre la trayectoria del sambódromo, 72 mil asistentes aplaudieron a las 14 escuelas de samba que pelearon por el título de mayor prestigio. Cada una de ellas moviliza entre 2,500 y 4,000 personas. Estas a su vez, en sus trajes, bailes y canciones, destacaron en son de denuncia los últimos acontecimientos que ocurrieron en la política de su país.

Academias sobresalientes

De todas las escuelas de samba, dos de ellas sobresalieron por la fuerza de sus críticas.Una fue Mangueira. A raíz que el año pasado la activista política negra y lesbiana, Marielle Franco, fuera asesinada a tiros en la ciudad, la escuela homenajeó su recuerdo al ondear banderas con su rostro impreso.

No solo los bailarines participaron en las comparsas, el diputado Marcelo Freixo bailó junto a esta escuela alzando la bandera, y la actriz Bárbara Lins hizo lo mismo para la escuela Unidos do Viradouro.

La artista luego resaltó que los carnavales “fueron creados por el pueblo, con matrices africanas, y se fue volviendo una pieza de empresarios y políticos” quienes preferían asistir tan solo a las zonas exclusivas como los camarotes del sambódromo, indica Infobae.

Esta área de lujo actualmente cuesta US$ 994, mientras que las entradas de tribuna rondan los US$ 80.

Por su parte, Paraíso de Tuiti, inspirada en una leyenda en la que un chivo termina siendo elegido concejal, criticó las mañas políticas que se han extendido por tradición en la historia de Brasil, indica nuevamente el portal, haciendo alusión al caso de Odebrecht y al nuevo gobierno del exmilitar Jair Bolsonaro.

Recorte desde la alcaldía

Cada escuela cuenta entre 65 y 75 minutos para cruzar la avenida Marqués de Sapucaí. Mientras cada comparsa baila, 54 jueces evalúan el esfuerzo que pusieron durante un año para montar el espectáculo.Sin embargo, la fiesta que cada año atrae a aproximadamente 1.5 millones de turistas, ha sido recortada en presupuesto por tercera vez.

Los grupos de samba se vieron afectados, ya que la subvención que reciben del departamento de la alcaldía se redujo en 50%, de US$ 264 mil a US$ 132 mil, según El Observador.

Aumento en la economía

A pesar del recorte de presupuesto, las proyecciones para Brasil son positivas. El carnaval de este año inyectará más de US$ 1,800 millones en la economía del país, según indica la Confederación Nacional de Comercio.

Esta cifra representa el crecimiento de 2% con respecto al año pasado, informa El Perfil de Argentina.