FOTO 2 | Menos envases
Huir del plástico, sustituirlo por vidrio o metal cuando se trate de líquido o comida. Usar bolsas de tela para comprar, huir de los envasados. Pasarse al champú y jabón en pastilla y los desodorantes de piedra de alumbre, que duran años, al igual que la copa menstrual en el caso de las mujeres, en vez de tampones y compresas. (Foto: Freepik)
FOTO 2 | Menos envases Huir del plástico, sustituirlo por vidrio o metal cuando se trate de líquido o comida. Usar bolsas de tela para comprar, huir de los envasados. Pasarse al champú y jabón en pastilla y los desodorantes de piedra de alumbre, que duran años, al igual que la copa menstrual en el caso de las mujeres, en vez de tampones y compresas. (Foto: Freepik)

Parada entre sacos de bolsas de supermercado usadas, botellas de refrescos y recipientes de detergente, Evelin Marcele expresa su desdén frente a los esfuerzos de por reciclar los desechos plásticos.

"Casi nada", dice la directora de 40 años de CoopFuturo, un centro de clasificación de material reciclable en Rio de Janeiro, donde el representa el 60% de las aproximadamente 120 toneladas de basura que se entregan a la instalación cada mes.

Brasil es el cuarto mayor productor de basura plástica del mundo, superado solo por Estados Unidos, China e India, según un informe reciente publicado por

Pero el país latinoamericano recicla solo el 1.28% de los 11.4 millones de toneladas que genera cada año, una cifra que está muy por debajo del promedio global de 9%, según WWF.

Se estima que 7.7 millones de toneladas de plástico terminan en vertederos.

"La gente consume más, genera más basura y los gobiernos no prepararon las ciudades con la infraestructura necesaria para enfrentar este problema", dijo Anna Lobo, de WWF-Brasil.

"Noventa por ciento de la población de Brasil ha oído hablar de la sustentabilidad y dice que comprenden los problemas del medio ambiente. En realidad, pocas personas cambian sus hábitos".

Actualmente, el mundo produce más de 300 millones de toneladas de al año, y hay al menos cinco billones de piezas de plástico flotando en nuestros océanos, según estiman los científicos.

En una reunión de la ONU en Kenia en marzo, los países se comprometieron a "reducir significativamente" los plásticos de un solo uso durante la próxima década.

Pero Brasil está "muy atrasado", dice Marcele mientras trabajadores de CoopFuturo, usando guantes negros, rebuscan en una pila de bolsas de basura para encontrar material que pueda reciclarse.

Se necesita más inversión gubernamental en infraestructura, como plantas de clasificación y reciclaje, y acciones individuales.
"Infraestructura, ayuda... no tenemos ninguna de las dos", se queja.

Los líderes políticos "no están preocupados por esto, están preocupado por otras cosas".

Malos hábitos

Los brasileños son grandes consumidores de plástico desechable, en particular de las bolsas de compras que son gratuitas en gran parte del país y que se ofrecen incluso para las adquisiciones más pequeñas.

En los supermercados en Rio de Janeiro, las bolsas de plástico a menudo son forradas con una segunda para asegurar que no se rompan.

La mayoría de las personas no compra las bolsas reutilizables que cuestan tan solo 5.50 reales o US$ 1.35.

Comprar un jugo fresco en uno de los bares ubicados en la ciudad costera tiene como resultado el uso de al menos un vaso y una tapa de plástico, junto a una bolsa de ese mismo material para llevarlo.

Una comida para llevar suele ir acompañada de un juego de cubiertos y una bolsa de plástico.

"En este momento no tengo otra forma de llevar mis compras a casa", dice Israel Washington mientras se sienta en un bar junto a varias bolsas de plástico con comida.

"Debería tener una bolsa (reutilizable) conmigo pero no la tengo".
Pero también culpa al gobierno.

"Su enfoque no es el medio ambiente, están más preocupados por armar a las personas".

Prohibir el plástico

La legislación aprobada en algunas partes de ha tenido cierto éxito al obligar a los brasileños a adoptar mejores hábitos.

Recientemente, Rio prohibió el uso de pajillas de plástico, mientras que la ciudad más grande del país, Sao Paulo, prohibió las bolsas de plástico a base de petróleo.

El Senado está considerando una propuesta de prohibir la fabricación, distribución y venta de plástico desechable, incluyendo pajillas y bolsas en todo el país.

CoopFuturo es uno de los 22 colectivos que participan en la clasificación de la basura en Rio, una ciudad con más de seis millones de habitantes.

Reciben los desperdicios del servicio gubernamental Coleta Seletiva y luego venden el material clasificado a empresas especializadas en reciclaje.

Pero del 40% de la basura doméstica que es potencialmente reciclable, Coleta Seletiva y recolectores independientes solo obtienen el 7%, dijo un funcionario, que culpa a las familias por no separar la basura adecuadamente.

Los activistas ambientales están tratando de alentar a los brasileños a asumir la responsabilidad de sus residuos.

Pero muchas personas todavía "no reconocen el problema que causa la basura en el mar", dijo Paulo Salomao, biólogo del acuario de Rio.

"Hasta ahora las personas no han adquirido la conciencia para cambiar sus hábitos", dijo Lobo de WWF. "La gente no se detiene a pensarlo".