BCE
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Varios bancos centrales, desde Frankfurt hasta Ottawa, parecen haber bajado un cambio en el camino para salir de la política monetaria flexible ante las señales de que algunas economías importantes se están desacelerando.

El (BCE) evitó discutir sus próximas medidas para poner fin a la compra de bonos y el Riksbank de Suecia pospuso un plan para subir las tasas de interés por primera vez en siete años. Algunos días antes, el presidente del Banco de Canadá había dicho que hace falta trabajar más para sanar las heridas de la crisis.

Este viernes, el Banco de Japón dejó intacto su programa de estímulo monetario como se anticipaba, pero también eliminó referencias anteriores a alcanzar su inflación de 2% alrededor del año fiscal de 2019, lo cual subraya cuánto tiempo más hará falta para llegar a esa meta. Los pronósticos generales de inflación del banco quedaron en gran parte intocados.

Por otro lado, en Rusia, el banco central detuvo la flexibilización monetaria después que la última ronda de sanciones estadounidenses afectó al rublo y subió los riesgos de inflación.

Aunque la Reserva Federal de Estados Unidos marcó el camino al terminar con diez años de tasas de interés por el piso y flexibilización cuantitativa, la tendencia a no darse prisa en los demás países quedó fortalecida por un debilitamiento de las perspectivas de crecimiento global y las amenazas de proteccionismo. Los bancos centrales han luchado duramente para restaurar la inflación desde la crisis financiera, pero todavía hay pocas evidencias concretas de que hayan ganado esa batalla.

“Los datos recientes generan incertidumbre y eso, sumado a las presiones inflacionarias débiles, señala una salida muy lenta”, dijo Nick Kounis, economista de ABN Amro Bank NV en Ámsterdam. “Para el BCE, que ya venía dudando incluso en el contexto de una economía fuerte, es un motivo para andar despacio”.

Inestabilidad

La expansión global más fuerte desde 2011 proseguirá dos años más, pero el Fondo Monetario Internacional advirtió que se acumulan riesgos. Una posible espiral proteccionista, una geopolítica inestable y el impacto del estímulo fiscal en EE.UU. afectarán un avance que podría estar perdiendo envión.

El jueves, el presidente del BCE, Mario Draghi, dijo que las autoridades se abstuvieron de discutir el fin de las adquisiciones de activos o incluso el fortalecimiento del euro y se concentraron en evaluar la salud de la economía de la región. Falta impulso desde el comienzo del año, y la inflación subyacente parece haber dejado de avanzar.

La Fed, que según se anticipa dejará su política tal como está en la reunión de la semana que viene, encabeza el ajuste de políticas y subió seis veces las tasas de interés desde 2015. Sin embargo, los funcionarios parecen estar dispuestos a permitir que se recaliente la economía para garantizar que la inflación quede incorporada.

“No hay motivos para no leer de nuevo las cifras, ni siquiera para los bancos centrales cuyas economías andan más activas”, dijo Kounis. “Si las cifras resultan intrascendentes, ellos reevaluarán la situación”.

Nota Original: Central Banks Take It Easy to Give Global Growth Second Look

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