La organización de derecho animal PETA, que ha criticado el uso de animales en los carruajes, calificó el proyecto como un “gran paso en la protección de los derechos de los animales”.  (Foto: iStock).
La organización de derecho animal PETA, que ha criticado el uso de animales en los carruajes, calificó el proyecto como un “gran paso en la protección de los derechos de los animales”. (Foto: iStock).

Caballos y burros han servido para tirar los carruajes de en la antigua ciudad jordana de Petra, pero con las preocupaciones por los derechos de los animales, comenzaron a ser sustituidos por

Una pequeña flota de 10 carritos eléctricos recargables lleva a los visitantes por el colorido Siq o la garganta que conduce a la celebrada capital de los nabateos, que data del siglo I antes de Cristo.

“No hay contaminación ni humo”, y el cambio “redujo los casos de maltrato animal”, comentó Suleiman Farajat, jefe de la Autoridad Regional de Desarrollo y Turismo de Petra.

Los vehículos tipo “buggy” tienen menos impacto porque “a veces las ruedas del carruaje golpean el costado del Sik, el estiércol de caballo causa mal olor y no es fácil de limpiar”, indicó Farajat.

La organización de derecho animal PETA, que ha criticado el uso de animales en los carruajes, calificó el proyecto como un “gran paso en la protección de los derechos de los animales”.

El grupo agregó que trabajará con las autoridades para alcanzar “un día en que solo haya transporte libre de animales en Petra”.

De momento, las autoridades de Petra dicen que mantendrán a algunos de los caballos “para preservar el carácter del lugar, por ser un sitio patrimonio de la humanidad”.

Lugar sorprendente

Pero el cambio ha sido reconocido por otra razón: ayuda a que el sitio sea más accesible para los visitantes ancianos y discapacitados.

Rudy, un turista austriaco de 43 años en silla de ruedas, dijo que aplazó repetidamente el viaje por la pandemia del COVID-19, y que ahora está “muy feliz” de haberlo hecho.

“Personas discapacitadas y personas con dificultades para caminar distancias largas... tienen ahora la posibilidad de ver este lugar sorprendente”, declaró.

Una turista estadounidense llamada Angie, de 60 años, coincidió: “Parece un poco fuera de lugar tener estos (vehículos) en un sitio hermoso como este, pero a nuestra edad, fue bonito regresar en un carrito eléctrico”.

La industria turística de Jordania se recupera del golpe del COVID-19, luego de que aportó el 10% de su PBI. La pandemia redujo sus ingresos turísticos de US$ 5,800 millones en el 2019 a US$ 1,000 millones el año pasado.

Petra, el principal sitio turístico de Jordania, le da el sustento a cientos de familias.

La sustitución de 12 carruajes a caballo por 10 vehículos eléctricos se hizo de acuerdo con la asociación de dueños de caballos.

Los turistas extranjeros pagan 25 dinares (US$ 35) y los jordanos 15 dinares por el viaje de ida y vuelta entre el centro de visitantes y el sitio arqueológico.

La asociación se deja 75% del ingreso y el 25% restante es para la autoridad, según Farajat.

El jefe de la asociación, Mohammad Amarat, dijo que los operadores de carros eléctricos ganan más de 300 dinares jordanos (US$ 423) por mes.

Un beneficio es que los vehículos pueden llevar a cinco pasajeros, comparado con solo dos en los carruajes.

Amarat dice que prefiere los nuevos vehículos porque antes los caballos “estaban cansados, los ingresos eran menos y el tiempo de viaje era más largo”.