(Foto: AFP)
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Desde laboratorios de investigación y equipamientos de última generación, hasta aplicaciones móviles, aprovecha la del nuevo para mostrar su fulgurante desarrollo tecnológico y presentarse como modelo de gestión de la crisis.

En Healthcare City (literalmente, "la ciudad de la atención médica"), un barrio nuevo construido en el 2002, un contingente de jóvenes científicos trabaja delante de sus pantallas en la Universidad de Medicina Mohamed bin Rashid Al Maktum, emir de Dubái.

El establecimiento acoge el Centro de mando y control contra el COVID-19, un organismo multidisciplinario creado al principio de la crisis por Hamdan bin Mohamed, príncipe heredero del emirato y estrella de las redes sociales.

"Desde hace varios años, Dubái se ha esforzado en poner en marcha infraestructuras digitales sólidas y esto contribuye a luchar contra el coronavirus", asegura Amer Sharif, que supervisa el centro.

Emiratos Árabes Unidos, de cuyos siete miembros Dubái es el más conocido, ha efectuado más de 1.6 millones de test de diagnóstico del COVID-19 y ha registrado oficialmente cerca de 29,000 casos de contagio y 244 fallecidos.

Según el doctor Sharif, la tecnología ha facilitado el confinamiento y evitado una mayor propagación de la enfermedad, gracias a las clases a distancia y al teletrabajo, así como a la entrega a domicilio de las compras y sobre todo, a la "digitalización completa del sistema sanitario".

“Respeto de la vida privada”

Emiratos, un actor geopolítico crucial, tiene grandes ambiciones tecnológicas y científicas.

Entre otros logros científicos, el país, después de haber enviado a un astronauta al espacio el año pasado, anunció hace unos días que lanzará en julio la primera sonda árabe rumbo a Marte, un proyecto impulsado por el emir de Dubái.

En Dubái, los policías usan cascos inteligentes que controlan la temperatura a los transeúntes y los laboratorios fabrican mascarillas con impresoras 3D.

Desde el inicio de la crisis sanitaria, Emiratos publica regularmente sus avances para intentar encontrar un tratamiento a la enfermedad. Y ha desarrollado varias aplicaciones, entre ellas "Alhosn", que permite el seguimiento de personas infectadas.

Aunque el uso de ciertas tecnologías para luchar contra la pandemia causa recelo debido al riesgo de vigilancia y de violación de los datos personales de la población por parte de los gobiernos, en Emiratos aseguran que se respeta la vida privada.

"Dubái y Emiratos respetan la vida privada tanto en los dosieres de los pacientes como en las aplicaciones inteligentes", subraya Amer Sharif.

“Oportunidad”

Según él, las autoridades se inspiran de otros países, como Corea del Sur, considerado como ejemplo de la gestión de la crisis. Pero Dubái desarrolla su "propio modelo".

"Tenemos que seguir las evoluciones, acompañarlas pero también aportar algo más", agrega.

Esta labor recae en la responsabilidad del profesor en medicina Alawi Al Sheikh Ali, quien dirige el equipo científico en el centro de mando de Dubái.

"El rol de este equipo es estar al día de los últimos avances en las investigaciones y pruebas científicas tanto en el país como en otras partes del mundo", explica el profesor, para que "todas las medidas se tomen en base a una metodología científica".

Para Tom Loney, profesor de sanidad pública y epidemiología de la Universidad Mohamed bin Rashid y consejero de las autoridades, la crisis del coronavirus ha sido una "oportunidad" para Dubái para poner a prueba sus ambiciones.

El emirato se encuentra “en la medida para suavizar las restricciones y retomar parte de la actividad económica gracias a los datos epidemiológicos”, explica este expatriado británico. Una “importante inversión en los test” de diagnóstico permite una detección rápida del virus, agrega.

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