(Foto: USI)
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El "cuello de botella" del desarrollo de infraestructura en Latinoamérica no es la "falta" de fondos privados "interesados", es la escasez de proyectos "maduros", indicó Alexandre Meira da Rosa, vicepresidente de Países del , antes de la celebración esta semana del Foro PPP Américas en República Dominicana.

"El cuello de botella del desarrollo de infraestructura en la región no es financiación, no faltan recursos privados interesados en invertir, faltan proyectos", afirmó Meira da Rosa al comentar la situación en la región.

El Foro PPP Américas 2019, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es el principal encuentro regional sobre Asociaciones Público-Privadas (APP), que reunirá a autoridades públicas e inversores interesados el 15 y 16 de mayo en Punta Cana, en el nordeste de República Dominicana.

Meira de Rosa ofrecerá el discurso de apertura de la conferencia este miércoles junto con Donald Guerrero Ortiz, ministro de Hacienda dominicano.

Según las estimaciones del BID, necesita invertir el 5% del PBI en infraestructura pública, lo que significa movilizar cerca US$ 100,000 millones adicionales al año.

"Insisto, el problema de infraestructura no es de financiación, el problema es cómo atraer esa financiación y uno de los puntos clave son proyectos maduros", reiteró.

Ante la enormidad del desafío, Meira da Rosa sostuvo que en este tipo de proyectos donde el Estado y el sector privado comparten tanto las inversiones como los riesgos, "es especialmente importante" el rol de este tipo de mecanismo de prestación de servicios para "cerrar esa brecha".

De hecho, recordó que Latinoamérica "es una de las regiones del mundo donde más se ha dado esa relación, aunque parezca increíble. Lo que pasa es que esa participación se ha dado de manera desigual en el tiempo y en los países".

"En la década de 1990 atrajo inversiones privadas sustantivas, pero muy concentradas en algunos sectores, como telecomunicaciones, transporte y energía; así como en determinados países: Brasil, Argentina, México y Colombia", explicó.

El vicepresidente de Países del BID, que cuenta con experiencia previa en desarrollo de este tipo de asociaciones en el Ministerio de Planificación de Brasil durante más de una década, destacó que el impacto del organismo multilateral "no es solo financiar el proyecto, es sobre todo apoyar al Gobierno a elaborar una buena ley y crear las instituciones que necesitan para gestionar esa participación privada".

"Normalmente los Gobiernos se acercan a nosotros y nos cuentan que quieren ayuda para financiar un proyecto. La ventaja del BID, al ser un organismo público, es que nos da una posición de poder decir la verdad, no somos una institución con ánimo de lucro", dijo.

No obstante, a juicio de Meira de Rosa, la primera pregunta es si realmente es "necesaria" esa infraestructura y "si la respuesta es sí, vemos si la asociación pública-privada es la mejor opción, porque a veces es mejor una obra pública tradicional".

"Si creemos que la APP es una buena solución, nos sentamos con el Gobierno para ver si tienen la institucionalidad y el marco regulatorio necesario para llevar el proyecto adelante, que normalmente es de larga duración", sostuvo.

"A lo largo del proceso, además, aportamos capacitación", agregó.

El ha sido el banco multilateral con la mayor participación en las APP de la región.

Durante el período 2006-2015, llevó a cabo 145 proyectos de este tipo por un total de US$ 5,800 millones.

Entre algunos de los más destacados figuran la hidroeléctrica de Reventazón en Costa Rica o el proyecto de red ferroviaria TIC en Brasil.

En la actualidad, Meira da Rosa apuntó que "el gran reto es construir un canal en cada uno de los países con buenos proyectos para atraer al sector privado", ya que las APP implican proyectos "más complejos en la asignación de riesgos, la estructuración de la financiación y el marco legal es mucho más sofisticado".

A la vez, destacó como otro de los roles "fundamentales" del BID "el apoyo en el apalancamiento".

"Cuando vamos a financiar un proyecto así, los inversores nos miran. Creen que si nosotros estamos entrando hay un sello de calidad de que ese proyecto no solo fue bien estructurado e involucra, además, otros aspectos como los ambientales o sociales", indicó el funcionario.

"Donde entramos con 100 vienen otros 500 por detrás que no entrarían -concluyó-, lo que muestra nuestra capacidad de ser una plataforma para otros inversores. Ese es otro valor añadido".