Analistas señalan que ha fracasado la política del gobierno de Mauricio Macri para controlar la inflación. (Foto: AFP)
Analistas señalan que ha fracasado la política del gobierno de Mauricio Macri para controlar la inflación. (Foto: AFP)

Con tasas de interés elevadas y la economía encaminándose hacia una recesión, el presidente de , , se está quedando sin opciones para contener la caída del peso, dejando a la golpeada moneda a merced de la volatilidad de los mercados emergentes.

El Gobierno de Macri ya tomó una serie de medidas para restaurar la confianza en el peso desde que comenzó a verse presionado en mayo, reviviendo recuerdos de la dolorosa crisis que atravesó la tercera economía latinoamericana en el 2002.

El peso, que se ha devaluado cerca de 40% en lo que va del año, compite con la lira turca por ser la moneda de peor desempeño en el 2018.

El banco central de Argentina elevó las tasas de interés a 40% en mayo y Macri cerró un acuerdo de US$ 50,000 millones, con el en junio, eliminando la necesidad de financiamiento externo y sosteniendo brevemente al peso.

Su Gobierno desde ese momento anunció ajustes fiscales por más de US$ 2,000 millones.

Pero los temores retornaron en las últimas semanas ya que la crisis financiera en Turquía también pesa en los mercados emergentes, ya golpeados por las guerras comerciales de Estados Unidos, impulsadas por los aranceles que el presidente Donald Trump impuso a productos de China y otros países, y las represalias de estos.

La confianza en Argentina también fue golpeada por un escándalo de corrupción en el sector de construcción, que se espera dañe el crecimiento ya afectado por una sequía que ha afectado a la agricultura, vital para la economía del país.

El peso se desplomó 8.5% frente al dólar en las pasadas dos semanas, pese a que el banco central de Argentina elevó las tasas a 45%.

El miércoles, el banco fue obligado a vender US$ 781 millones en reservas para sostener el peso, antes de ajustar los requisitos de reservas un día más tarde.

Los incrementos en las tasas de interés y las medidas fiscales normalmente serían suficientes para detener el alza de la moneda pero la confianza está siendo afectada por los eventos globales, dijo Alberto Bernal, jefe de estrategia de XP Investments en Nueva York.

"Macri necesita suerte, sin suerte no puede hacer nada", dijo Alberto Bernal.

"Macri necesita que Trump se calme respecto a China y Europa. Necesita que Ankara recobre la cordura y necesita un dólar más débil", agregó.

Mientras los economistas instan a Tayyip Erdogan, el presidente de Turquía, a adoptar una serie de medidas políticas para restaurar la confianza en la economía turca -incluyendo fortalecer la independencia del banco central, elevar las tasas de interés y ajustar el gasto fiscal- Macri ya hizo muchos de esos anuncios.

Un desafío mayor para Argentina es que los incrementos en las tasas de interés tienen un impacto limitado a la hora de contener la inflación ya que consumidores y empresarios usan poco crédito luego de años de crisis financieras, dijeron economistas. La inflación escaló a 31% interanual en junio.

El año pasado, el crédito en el sector privado fue sólo 16% del Producto Bruto Interno (PBI) en Argentina, comparado con el 113% en Chile, según cifras del Banco Mundial.

De forma similar, en el frente fiscal las opciones de Macri son limitadas. Ya suspendió una reducción en los impuestos a las exportaciones a la soja y reveló medidas de ajuste fiscal por un monto cercano a los 2,200 millones.

Además, con una economía debilitándose, Macri cuenta con pocos recursos a los que apelar sin infringir más daño. Pese a las altas expectativas de principios del 2018, la crisis cambiaria y la sequía golpearon la economía local.

Tras un crecimiento de 3.6% en el primer trimestre, la economía se hundió 5.8% en mayo cuando la crisis estalló, según estadísticas oficiales.

El país podría volver a ingresar en una recesión en el tercer trimestre, dijeron economistas, sólo dos años después de volver a crecer.

Se espera que Macri busque su reelección en los comicios presidenciales del próximo año, lo que dificulta la posibilidad de utilizar el recorte del gasto público como herramienta para reducir el déficit fiscal.

"Él está muy limitado debido a las tensiones sociales que están surgiendo por la desaceleración de la economía, la alta inflación, la turbulencia cambiaria y la elección del próximo año", dijo el economista Gustavo Ber en Buenos Aires.

Presiones políticas

El Gobierno está bajo la presión de tener que reducir el déficit fiscal del país desde 3.8% del PBI el año pasado a 2.7% este año y a 1.3% en el 2019.

Para poder cumplir con estas metas, Macri dio marcha atrás con una promesa de reducir gradualmente los aranceles a las exportaciones de aceite y harina de soja, lo que despertó quejas del sector agropecuario, una base importante de su electorado.

Muchos argentinos culpan a Macri por empeorar la inflación luego de recortar subsidios a los servicios públicos, un punto clave de su plataforma económica

Macri admitió el viernes que la pobreza crecería este año debido a los niveles elevados de inflación.

Los economistas esperan que la economía se contraiga un 0.3% este año y crezca 1.5% el próximo año, según el sondeo más reciente del banco central.

Macri ha defendido su abordaje gradual a la reforma, diciendo que necesitaba proteger a los argentinos de una caída abrupta en su calidad de vida.

Pero para algunos, el mandatario desperdició una oportunidad para implementar un cambio luego de que fuera electo en el 2015, en medio de la frustración con el gobierno de la presidenta Cristina Fernández.

"Macri está haciendo lo correcto, pero lo está haciendo dos años tarde", dijo Guillermo Nielsen, exsecretario de finanzas bajo el gobierno del expresidente Néstor Kirchner.

"Seis meses después de asumir, cuando tenía más poder político, era el momento para desarmar el problema de las Lebac y no lo hizo. No hizo los cambios que la economía argentina necesitaba para volver al crecimiento", explicó Nielsen.

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