Rusia 2018
Rusia 2018

Entre los puestos de baratijas del principal mercado de souvenirs de Moscú, Alexandre espera sin entusiasmo la llegada de numerosos aficionados durante el , cuyas repercusiones económicas se prevén escasas.

"Uno podría pensar que el Mundial será una buena oportunidad para vender recuerdos, pero no para nosotros", lamenta este vendedor del mercado Izmailovski que, como otros mercados al aire libre, permanecerá cerrado durante la competición debido a las medidas antiterroristas.

Aunque la llegada de cientos de miles de hinchas de fútbol promete llenar restaurantes y hoteles, no parece que el evento vaya a tener efectos duraderos para la economía rusa, cuyo crecimiento debería situarse entre 1.5% y 2% en los próximos años.

La consultora McKinsey estimó en cerca de US$ 15,000 millones la aportación del Mundial al Producto Bruto Interno (PBI) ruso, "superando el impacto de campeonatos similares en Brasil, Sudáfrica, Alemania y Corea del Sur, y situando a Rusia en el segundo puesto por detrás de Japón".

Esa cantidad es sobre todo el resultado de inversiones en los estadios y en las infraestructuras de transporte que, repartidas en los seis años de preparación, dan un impacto inferior a 0.2% del PBI de Rusia y no permitieron al país evitar una recesión en el 2015 y 2016.

Escasas consecuencias

"El Mundial apenas durará un mes, y el impulso económico que generará tendrá poco impacto en relación con el conjunto de la economía rusa, que pesa US$ 1.3 billones", explica Kristin Lindow, analista de la agencia de calificación financiera Moody's. "No esperamos que el Mundial contribuya de forma significativa al crecimiento económico", añade.

El estudio de Mckinsey vaticina sin embargo un efecto positivo para el turismo en los próximos cinco años.

"Creo que el Mundial hará aumentar en 10% el turismo en Moscú", incrementando en cerca de US$ 250 millones los ingresos fiscales anuales de la ciudad, declaró hace poco el alcalde de la capital, Serguéi Sobianin, en el canal de televisión RBK.

"Organizar el Mundial no garantiza un aumento significativo del número de turistas", asegura Igor Nikolayev, director del Instituto de Análisis Estratégico FBK en Moscú, en una entrevista con la AFP.

Este economista da el ejemplo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi en el 2014. El número de turistas extranjeros aumentó en un millón y medio al año siguiente (4%), pero se redujo en nueve millones en el 2016, según datos de la ONU.

En un contexto de fuertes tensiones entre Moscú y los países occidentales desde la anexión de Crimea y el conflicto separatista en el este de Ucrania, Rusia sufre un problema de imagen.

Batir récords

Rusia podría recibir unos 600,000 visitantes extranjeros durante el Mundial, según los organizadores, y hasta un millón, según la agencia federal de Turismo. Unas previsiones bastante bajas en comparación con los 24.6 millones de turistas que viajaron al país en el 2016 e incluso con los 1.6 millones que acudieron a Rusia para los Juegos de Sochi.

Se espera, no obstante, que se llenen los hoteles y los restaurantes de las ciudades sede con los extranjeros y los cerca de 700,000 rusos que se esperan en los partidos. Para atraerlos, los comercios compiten con todo tipo de atracciones, como el restaurante Didu, en el centro de Moscú.

"Hemos instalado una portería, banderas, una pantalla gigante... sin subir los precios", dice Maxime Zajarov, dueño del establecimiento.

Los guías turísticos también tendrán trabajo, como Viacheslav Jolopov, de la agencia Moscow Private Tours, que tiene reservadas la mayoría de sus visitas guiadas y prevé "batir récords" este año con casi 50% más de actividad que de costumbre.

La plataforma de alquiler de viviendas Airbnb afirma que cerca de 177,000 personas buscaron alojamiento a través de su sitio web.

Aunque la empresa no comunica datos sobre los precios, la AFP comprobó que las cantidades cobradas en la plataforma y en el sitio de reservas hoteleras Booking eran entre dos y tres veces superiores a las de mayo.

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