Una enorme venta masiva de cultivos en Argentina no muestra señales de disminuir solo unos días antes de que el presidente electo, Alberto Fernández, que quiere que el gobierno desempeñe un papel más importante en la economía, reciba el poder de manos del actual jefe de Estado, Mauricio Macri.
Los agricultores de las famosas llanuras pampeanas han vendido y valorado 11.4 millones de toneladas métricas de soja y maíz para la exportación, a pesar de que las semillas acaban de ser sembradas. Eso es más de tres veces las ventas registradas hace un año. Algo similar ocurre con el trigo, que se está cosechando actualmente a pesar de que la sequía ha devastado la cosecha.
Los productores están asegurando negocios ahora -a pesar de que la amenaza de mal tiempo podría poner en peligro sus compromisos contractuales con los exportadores- porque eso garantiza que eludirán un aumento tributario que se espera cuando asuma Fernández. El presidente electo asumirá el cargo el 10 de diciembre.
Para completar el círculo, los exportadores, incluidos los llamados gigantes ABCD del comercio agrícola, están encontrando compradores en el extranjero y anotando las ventas en las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE), que es el registro de exportaciones de cultivos de Argentina. Los agricultores solo reciben su pago cuando cosechan y transportan la mercancía al puerto. Para la soya y el maíz, eso no ocurrirá hasta el segundo trimestre del próximo año.
En una entrevista realizada el 17 de noviembre por el periódico Pagina 12, Fernández dio la mayor pista hasta el momento de que aumentará los impuestos a las exportaciones de cultivos. “En la Argentina que viene, todos tenemos que hacer un esfuerzo”, dijo Fernández. “Lo tendrá que hacer el sector del petróleo, el minero y el del campo. Todos los que producen tendrán que hacer un esfuerzo. Me encantaría no cobrar retenciones, pero le hubieran dicho a Macri, que me va a dejar 5 o 6 puntos de déficit fiscal. Díganme cómo quieren que tenga déficit cero sin mejorar mis ingresos”.
Las tasas de impuestos son actualmente de alrededor de 25% para la soja y de 7% para el maíz y el trigo. Bajo el gobierno de la predecesora de Macri, la vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, las tasas eran de 35% para la soja sin procesar, de 20% para el maíz y de 23% para el trigo.
En la Pampa, Ignacio Philipp, agricultor de Bahía Blanca, ha vendido y valorado 20% de su cosecha de trigo para eludir mayores impuestos a la exportación. Pero al igual que muchos de sus pares, no se comprometió a más porque el clima extremo aún podría dañar las plantas, arruinando los rendimientos y dejándolo en deuda con los exportadores.
Philipp dijo que, si una tormenta de granizo azota y destruye una cosecha, él queda en un agujero.