(Foto: AP)
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Cientos de personas se agolparon el lunes frente a algunas tiendas en que comenzaron a vender electrodomésticos y motocicletas a través de cuentas bancarias en dólares, en un intento de las autoridades para controlar el mercado informal y la fuga de divisas.

Una docena de comercios en la capital y una en el interior iniciaron el proceso de venta de artículos como televisores, refrigeradores, lavadoras automáticas, microondas y aires acondicionados, así como piezas de repuestos y las codiciadas motocicletas eléctricas.

En los locales de venta minorista son estatales. Desde hace algunos años las tiendas de electrodomésticos se veían completamente desabastecidas debido a la falta de liquidez del país, que prioriza los productos a importar como alimentos y medicinas, y la escasa producción nacional.

Por ello la población solía adquirirlos a través “mulas”, personas que viajaban al extranjero y los traían para luego revenderlos.

“Me parece esta medida. Beneficia al país porque recauda y tiene más dinero para invertir y a la gente porque los precios bajan”, dijo Yanet Escalona, un ama de casa de 49 años que hacía fila para comprar un congelador en Galerías Paseo, una de las tiendas autorizadas.

Escalona, como todos los clientes en la fila de unas 200 personas, debieron sacar desde la semana pasada una tarjeta magnética de una cuenta en la que depositaron sus dólares (también se admiten otras divisas como euros, libras esterlinas o pesos mexicanos), para comprar este tipo de productos.

Por ejemplo una motocicleta eléctrica -muy apreciada en la isla por sus serios problemas de transporte público- se vendía el lunes en estos comercios a US$ 1,600, cuando los revendedores las traían antes por más de US$ 2,000. Un aire acondicionado se ubicaba en poco más de US$ 300 cuando los particulares lo ofertaban en US$ 650.

El presidente presentó este programa a mediados de mes y aseguró que parte de lo que se recaude servirá también para financiar la industria nacional.

Según estimaciones no oficiales las “mulas” sacaban de Cuba unos US$ 2,000 millones anuales a lugares como Panamá, México o Haití desde donde se traían electrodomésticos, ropa, zapatos y hasta productos de aseo. El monto es similar a lo que gasta la isla en la importación de alimentos para cubrir parte de la canasta básica de la población.

Actualmente Cuba enfrenta muchas dificultades financieras en parte debido al endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos que está asfixiando su economía en sectores claves como el turismo o el petróleo, para presionar cambios en el modelo político.

Funcionarios aseguraron que en la semana previa a la apertura de las tiendas se abrieron unas US$ 10,000 cuentas.

Expertos expresaron su preocupación por que el esquema de apertura de las cuentas porque podría implicar el comienzo de una dolarización de la economía y va en camino contrario a la unificación monetaria del país, aunque el gobierno descartó por completo que se estén produciendo ambas situaciones.

Cuba tiene dos monedas en circulación: los pesos convertibles o CUC, que tienen el mismo valor que el dólar, y los pesos cubanos, de los que se necesitan 24 unidades para igualar a un CUC. Hasta el 2004 también se permitía el dólar en las operaciones domésticas.

“El país ha regresado a una dolarización parcial de su economía. Es decir, se produce -en determinado grado- una sustitución de la moneda nacional por el dólar de Estados Unidos”, escribió en su cuenta de Twitter el reconocido economista cubano Pedro Monreal. “Se ha escuchado en estos días el argumento de que como el dólar físico no funcionaría en el nuevo canal de comercio en divisas, entonces no habría dolarización. El problema es que el dólar es dinero y este no se circunscribe a los billetes”.

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