Reino Unido
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En los pasillos del Parlamento del , una idea que hace cuatro meses parecía ridícula ahora se está discutiendo con seriedad. ¿Es otro referéndum una salida al punto muerto del Brexit?

En privado, algunos ministros lo conversan en forma espontánea. En una conferencia de prensa el martes, los líderes de los partidos de oposición más pequeños instaron al gobierno a que lo considere como una contingencia por la que vale la pena prepararse.

Aún más importante, la primera ministra británica, Theresa May, lo ha planteado como un resultado posible. La premier dice que se opone a la idea y que eso reduciría la confianza en el proceso político; sin embargo, ya es un cambio el hecho de que ella lo mencione.

Esa no es la única idea que May ha señalado esta semana y que antes era impensada. En la lucha contra la moción de confianza sobre su liderazgo de parte de los miembros conservadores del Parlamento que favorecen el , la primera ministra advirtió que su destitución retrasaría la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Esa no es una afirmación que ella admitió como posibilidad el mes pasado.

El argumento a favor de un segundo referéndum presentado por un ministro era simple: si nada puede pasar por el Parlamento -y, al parecer, nada- la pregunta debe remitirse a los votantes.

Si bien los activistas de una segunda votación han sido principalmente aquellos que quieren revertir el resultado del último referéndum y mantener a Gran Bretaña dentro de la UE, esa no es la razón por la que muchos partidarios nuevos se están aproximando a la idea.

Un ministro del gabinete dijo esta semana que quería un segundo referéndum sobre la mesa para dejar en claro a los partidarios del Brexit en el Partido Conservador que la alternativa al acuerdo de May no es el Brexit en absoluto.

Poner presión sobre los partidarios del "divorcio" es también el motivo por el cual se habla más de retrasar la salida del Reino Unido. En este momento, muchos partidarios del Brexit están hablando abiertamente de llegar a marzo para poder obtener el Brexit que desean. Si se extiende el proceso - que es más fácil de lo que muchos aprecian- esa estrategia queda descartada.

En el pasado, se consideraba que un segundo referéndum sería un desastre para May. Pero bien estructurado, podría sacarla del agujero. Una votación de dos etapas -donde primero se les pregunta a las personas si quieren permanecer o irse de la UE y luego si prefieren el acuerdo de May o un Brexit sin acuerdo- podría dejar a su proyecto como un éxito por el compromiso entre los dos extremos.