El Grupo de Lima pidió hacer un "gran esfuerzo" para que Venezuela celebre elecciones que lleven "al restablecimiento del orden democrático", a la vez que consideró la crisis en ese país como una amenaza a la paz y la seguridad regionales.
"Mientras Venezuela vive su dictadura todas nuestras democracias están de alguna manera debilitadas. Lo que vive Venezuela amenaza la paz, la seguridad regional y también compromete la seguridad internacional", declaró el canciller argentino, Jorge Faurie, en el discurso inaugural del encuentro.
Se debe "hacer un gran esfuerzo para que el restablecimiento del orden democrático en Venezuela se alcance a través de la convocatoria a elecciones", agregó Faurie.
El Grupo de Lima, integrado por una docena de naciones latinoamericanas y Canadá, fue creado hace dos años para adoptar una postura común frente a la crisis venezolana, que ha desatado -según la ONU- un éxodo de unas cuatro millones de personas, principalmente a países de la región.
El canciller peruano, Néstor Popolizio, se refirió a la oleada migratoria y pidió "apoyo urgente y efectivo de la cooperación internacional a los países de acogida".
Perú, con 768,100 venezolanos, y Colombia, con 1.3 millones, son los países que albergan a mayor cantidad de migrantes y refugiados.
"Abogamos siempre por la solución pacífica a la crisis liderada por los propios venezolanos lo antes posible. La crisis se agrava y requiere urgente solución a través de elecciones creíbles, transparentes, libres y justas", dijo Popolizio.
El Grupo de Lima, al igual que Estados Unidos y la Unión Europea, desconoció los comicios del 2018 que dieron la reelección a Nicolás Maduro y respalda al jefe parlamentario opositor Juan Guaidó como presidente interino.
Maduro ha descartado repetir las presidenciales de mayo del 2018, pero insiste en celebrar comicios para el Parlamento, único poder que controla la oposición, sin precisar fecha.
A la reunión del Grupo de Lima en Buenos Aires acudió como delegado de Guaidó el parlamentario Julio Borges.