(Foto: AFP)
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El Parlamento Europeo (PE) es la única institución de la Unión Europea (UE) elegida por sufragio directo y da voz, por tanto, a sus más de 500 millones de habitantes. En los comicios que se celebran entre el jueves y el domingo los ciudadanos votan a sus 751 representantes ante este órgano.

La Eurocámara es también un ejemplo único de democracia activa de carácter multinacional y multilingüe. Desde su creación en 1951 como Asamblea Parlamentaria con una labor de mera supervisión ha ido evolucionando y acumulando nuevas responsabilidades hasta convertirse en un órgano clave de debate y toma de decisiones dentro de la UE.

Competencias legislativas, presupuestarias y de control
El Parlamento actúa como colegislador, lo que significa que comparte el poder de adoptar y modificar propuestas legislativas con el Consejo de la UE, que representa a los Gobiernos de los Estados miembros.

Sus competencias legislativas abarcan, entre otros temas, la libertad de circulación, seguridad alimentaria, protección del consumidor, medioambiente y numerosos sectores de la economía. Los Estados miembros conservan el derecho de veto en ámbitos como la fiscalidad y los asuntos exteriores y de defensa.

En cuanto a sus competencias presupuestarias, también son compartidas con el Consejo de la UE. Ambas instituciones aprueban conjuntamente un marco financiero plurianual cada siete años y examinan y aprueban el presupuesto anual del ejercicio siguiente, así como los gastos del ejercicio anterior.

Por otro lado, la labor de control del Parlamento se concreta en vigilar la correcta utilización de los fondos de la UE, así como en elegir al candidato a presidir la Comisión teniendo en cuenta los resultados de los comicios europeos.

De hecho, el Parlamento tiene el derecho de dar su aprobación y destituir a la Comisión si lo considera necesario. Además, puede pedir al Tribunal de Justicia de la UE que tome medidas contra la Comisión y el Consejo en caso de que hayan actuado de manera contraria al espíritu de la legislación europea.

Cada nuevo tratado firmado en la UE ha ido otorgando nuevos poderes al Parlamento. Con el de Bruselas (1975), por ejemplo, adquirió el derecho a controlar las cuentas de la Unión y el Acta Única Europea (1986) estableció la obligación de obtener su aprobación para la adhesión a la UE de un Estado candidato.

Pero fue el Tratado de Lisboa, que entró en vigor en el 2009, el que marcó un punto de inflexión en el papel del Parlamento al concederle las mismas competencias legislativas que al Consejo y poder de decisión sobre la Comisión, el órgano ejecutivo de la UE, así como de anular acuerdos internacionales.

Compromiso con los derechos humanos
El compromiso con la protección de los derechos humanos es una de las señas de identidad del Parlamento. A partir de los trabajos de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, los eurodiputados debaten y aprueban resoluciones sobre la situación de los derechos fundamentales en la UE y sobre asuntos específicos relativos a la protección de estos derechos en los Estados miembros.

A la protección de derechos como los de libertad, pensamiento y expresión, tan antiguos como la propia Europa, se han sumado otros en años recientes relacionados con la no discriminación en el ámbito laboral, el tratamiento de los datos personales o la prohibición de la clonación humana.

La defensa de los derechos humanos traspasa las fronteras de la UE y los eurodiputados se pronuncian periódicamente sobre su situación en países que no pertenecen al bloque comunitario.

La pena de muerte y la tortura son temas prioritarios, al igual que la trata de personas y los derechos digitales, añadidos más recientemente a la lista de preocupaciones. Además, los eurodiputados velan por que los acuerdos económicos y comerciales firmados por la UE con terceros países respeten los derechos humanos.

Cada año la Eurocámara concede el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia a las personas u organizaciones que se han distinguido por su lucha en favor de los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Organización y funcionamiento
El Parlamento está formado por 751 miembros, elegidos en los 28 Estados miembros de la UE. Desde 1979 se eligen por sufragio universal directo cada cinco años.

El número de escaños se asigna en función de la población de cada Estado miembro y los eurodiputados elegidos se reúnen en grupos en función de su afiliación política, no por nacionalidad. Se necesitan 25 miembros para constituir un grupo político y en cada uno debe estar representada al menos la cuarta parte de los Estados de la UE.

El presidente del Parlamento es elegido para un periodo renovable de dos años y medio, es decir, la mitad de una legislatura. Representa a la institución en el exterior y en las relaciones con el resto de órganos comunitarios.

El Parlamento se reúne en sesión plenaria durante cuatro días todos los meses (excepto agosto) en Estrasburgo (Francia) y, además, se celebran periodos de sesiones adicionales en Bruselas que duran dos días.

Esos plenos, dedicados a debates y votaciones, son la culminación del trabajo previo hecho en los grupos políticos y las comisiones parlamentarias permanentes especializadas en distintos temas.