Foto: AFP
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El nuevo proyecto de The Ocean Cleanup ha comenzado este fin de semana. Este plan consiste en colocar una barrera flotante que recogerá la basura de los océanos, llamada Ocean Cleanup System 001. Esta especie de tubería que flotará en el océano mide unos 200 metros de largo, y la pared la cual atrapa los plásticos desciende aproximadamente unos 3 metros por debajo de la superficie.

Esta tubería que flotará en el océano, está siendo remolcada desde San Francisco a unos 500 km de la costa para ser probada durante dos semanas.

Una vez que haya realizado la recogida, pequeños barcos irán a recoger el plástico atrapado y llevarlo a la orilla para poder reciclarlo.

“Uno de los desafíos que tenemos es que queremos atrapar plástico, no pescado”, afirma el jefe de comunicaciones de The Ocean Cleanup Joost Dubois. “Estamos tratando de resolver un problema ambiental, por lo que debemos asegurarnos de no crear un problema mayor en su lugar”, es decir, los tripulantes de los barcos deben asegurarse de que no se hayan capturado de manera accidental ningún animal marino.

Después de haber realizado estas pruebas, y si el Ocean Cleanup System 001 da los resultados esperados, se trasladará a unos 2000 km hasta el Great Pacific Garbage Patch (isla de basura en el Pacífico), donde deberá cumplir su labor frente a esa masa de plástico y afrontar las duras tormentas invernales.

La llamada Great Pacific Garbage Patch o el continente de plástico, es una isla de basura que flota en el océano Pacífico y que se estima que se extiende por 1.6 millones de kilómetros cuadrados que están contaminando el ecosistema oceánico, y que contiene unas 80,000 toneladas de plástico. Esta isla de basura se ha formado debido a una corriente giratoria que arrastra la basura hasta ella y ya no la suelta.

Los equipos se encargarán de vigilar este sistema durante los seis primeros meses, pero se espera que más adelante un vehículo autónomo pueda hacerse cargo de este sistema.

Pero no solo se trata de extraer el plástico que flota en el océano y que es tan difícil de eliminar (hay miles de micropartículas de plástico imperceptibles para nuestros ojos pero que contaminan el océano igualmente), si no que hay que evitar que llegue más plástico a los océanos.

Como afirma Miriam Goldstein, directora de política oceánica en el Center for American Progress, la cual se ha mostrado crítica con el proyecto: “Es como tratar de drenar una bañera cuando el grifo está funcionando con plena fuerza”. Es decir, Goldstein cuestiona que se investiguen nuevas tecnologías para sacar el plástico que ya flota en medio del océano y que no se investiguen otras tantas para que esa basura no llegue hasta allí.

Se espera que este sistema recupere unas 50 toneladas de plástico del océano cada año y, si funciona correctamente, se desplegarán otros 60 sistemas con mayores proporciones que podrían recuperar hasta 14,000 toneladas de plástico por año.

Esta barrera flotante promete recolectar un gran número de plásticos de la isla de basura, pero es cierto que este problema debe cuestionarse desde el punto de salida de los plásticos, es decir, la solución más importante para que estas islas de basuras no contaminen el océano es no vertir plásticos al océano.

Antes de intentar ‘pescar’ los plásticos del océano, se debe invertir en que estos no sean lanzados al agua a través de la concienciación del reciclaje en la sociedad, porque como dice el refrán, siempre es mejor prevenir que curar.