Las protestas, que comenzaron hace 17 días en Santa Cruz, la región del oriente y pulmón del desarrollo nacional con su riqueza gasífera y agropecuaria, se irradiaron paulatinamente hacia todo el país y, por primera vez, se masificaron este viernes en La Paz, sede de los poderes ejecutivo y legislativo. (Foto: Reuters)
Las protestas, que comenzaron hace 17 días en Santa Cruz, la región del oriente y pulmón del desarrollo nacional con su riqueza gasífera y agropecuaria, se irradiaron paulatinamente hacia todo el país y, por primera vez, se masificaron este viernes en La Paz, sede de los poderes ejecutivo y legislativo. (Foto: Reuters)

Transporte público restringido por bloqueos viales, oficinas estatales asediadas por opositores, el comercio a media máquina: las protestas contra la polémica reelección del presidente Evo Morales se instalaron este viernes en La Paz, centro político de Bolivia.

Las actividades en el centro de La Paz, ciudad con unos 800,000 habitantes, estaban en su mayoría paralizadas, igual que en la zona sur, donde reside la gente adinerada. En las barriadas populares el pulso era casi normal, excepto por restricción en el transporte público.

Numerosas avenidas de los barrios del sur como Achumani, San Miguel, Calacoto y Obrajes estaban bloqueadas. Los autobuses, minibuses y taxis se movían por tramos cortos, hasta encontrar un bloqueo.

Únicamente el teleférico, de propiedad estatal, circulaba con normalidad en sus diez líneas cubriendo gran parte de la ciudad y uniendo a La Paz con la vecina El Alto.

El ejecutivo de los hospitales públicos, Juan Carlos Meneses, reportó este viernes que los opositores "afortunadamente no están impidiendo el acceso a los hospitales" ni limitando el paso de ambulancias, como ocurrió hasta el jueves.

Las protestas, que comenzaron hace 17 días en Santa Cruz, la región del oriente y pulmón del desarrollo nacional con su riqueza gasífera y agropecuaria, se irradiaron paulatinamente hacia todo el país y, por primera vez, se masificaron este viernes en La Paz, sede de los poderes ejecutivo y legislativo.

En torno a la Casa Grande del Pueblo, la torre donde Morales tiene su despacho en el centro de La Paz, existe un gran dispositivo de seguridad a dos cuadras a la redonda para impedir el paso de manifestantes que, especialmente en la noche, la asedian constantemente.

El edificio de 29 pisos contiguo al Palacio Quemado, la histórica casa de gobierno, es además custodiado por piquetes de mineros y campesinos afines al mandatario izquierdista indígena.

La residencia presidencial en la zona de San Jorge, camino a la zona sur, carece de resguardo extraordinario, excepto por la policía militar que la custodia día y noche. Además, al frente hay una unidad militar.

"¿Quién se cansa?, nadie se cansa. ¿Quién se rinde?, nadie se rinde. ¿Evo de nuevo?, huevo carajo!", es el estribillo que se escucha en los puntos de bloqueos viales, donde sobre todo jóvenes y mujeres tendieron horizontalmente cordones con banderas bolivianas para cerrar el tránsito vehicular.

Paradójicamente, excepto el párrafo final, el estribillo fue creado por militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido que Morales fundó en los años 90, y que fue estrenado en la campaña de las elecciones del pasado 20 de octubre.

Desde entonces, las protestas para denunciar un “fraude” en los comicios no cesan. Los liderazgos regionales de derecha escalaron el conflicto y ahora piden la dimisión de Morales, que gobierna desde el 2006.